Capítulo 4

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-Magnus Bane, vamos a almorzar juntos y no puedes negarte –gruñó Catarina mirándome molesto–. Es enserio, últimamente estás huyendo de las comidas ¿qué te pasa?

Creí que iba a morir a manos de Alexander Lightwood, pensé pero obviamente no lo dije, al parecer el ojiazul no quería matarme.

-Por supuesto que sí, lindura, comeremos juntos.

- ¡Excelente! Sé que no lo parece, pero Ragnor y Raphael te extrañan yo también, además Tessa se mantiene quejando porque no comes con nosotros y quiere que conocieras a Will.

- ¿Quién es Will? –Pregunté arqueando una ceja.

-Es su novio y es encantador.

- ¿Y ella quiere prestármelo para qué? ¿Para qué me enamore y se lo robe? –Inquirí burlón; Catarina soltó una risotada y negó.

-Eres un tonto, sólo búscanos en el almuerzo ahora tengo que ir tengo clases de italiano y no es nada divertido perdérmela porque el maestro Branwell se enojará.

Mi azulada amiga salió caminando por el pasillo llamando la atención de muchos chicos.

Catarina era realmente hermosa y muy deseada en el instituto, no de la forma en que Camille era deseada, todos querían a esa rubia para acostarse con ella, Catarina era adorable, divertida, inteligente y todos los chicos querían con ella... menos yo, y no es que no fuera bellísima, simplemente era que la quería demasiado y quería tenerla como mi mejor amiga , como aquella compañía incondicional que siempre estaría para mí, al parecer no nos mudaríamos de este pueblo, así que ¿por qué no tenerla a mi lado? Era una chica linda...

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que cuando mi casillero se cerró de golpe, yo pegué un gritito al tiempo que saltaba para atrás.

- ¿Nunca te han dicho que grites como una niña? –Preguntó Alec mirándome con burla–. Es muy agudo.

Yo lo miré irritado antes de abrir mi casillero, quería golpearlo en la cara con la puerta pero no fue posible, tan ágil como sólo él podía serlo, se quitó antes de que la puerta del casillero impactara con su rostro. Me sentí un tanto decepcionado por ello.

Quizás sería a la próxima.

- ¿Qué quieres? –Pregunté irritado–. Tengo clases.

-Y yo también tengo clases contigo.

- ¿En serio? Nunca te he visto.

-Es que nunca entro.

Yo arqueé una ceja.

Perdido en la oscuridad (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora