Capítulo 16

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- ¿Terminaron? –Preguntó Jace una vez entramos a la habitación sonriendo divertido... con maldad, típico del rubia teñido, pero por supuesto no me dejaría molestar por el chico, por lo cual sonreí abiertamente.

-Por supuesto, queríamos terminar con esto para seguir con la segunda ronda...

- ¡Magnus! –Reprendió Alec pero estaba sonriendo abiertamente, de una forma desvergonzada... Idiota como siempre... y me encantaba.

-Como sea –refunfuñó Imasu molesto–. Empecemos de una vez por todas.

En aquel momento lo miré apenado.

Mierda.

Hace poco estaba flirteando con él para que me diera información, ahora estaba restregándole en la cara que había cogido con mi novio, no es que me avergonzara, amaba a Alec, lo sabía, él lo sabía perfectamente, no podía juzgarme por eso. Esperaba que algún día ese chico tuviera alguien que la amara como yo amaba mi novio, era bueno, simplemente era una víctima más de esta asquerosa guerra, no merecía estar sufriendo, ninguno de ellos lo merecía, no lo merecía él, no lo merecía Alec, no lo merecía Simon y Clary, incluso Jace, él tampoco merecía nada de esto, pero habían terminado perdiendo a sus seres amados, estaban en medio de un mundo de violencia sin querer estar y posiblemente nunca terminarían, nunca podrían tener paz. Esperaba que el odio se fuera del corazón de Alec cuando se vengara de los asesinos de su familia, pero no esperaba que fuera completamente feliz, quería hacerle feliz, por supuesto que sí, pero era su familia, había perdido a su familia, a sus padres, a sus hermanos, Alec nunca estaría completo, yo sólo esperaba ser el bálsamo para su alma, para que aquel vacío que había quedado su vida cuando le habían arrebatado su todo, para que doliera menos.

Como dijo Oscar Wilde en una ocasión «perder un progenitor puede considerarse una desgracia, perder ambos parece una negligencia».

Sí, en eso tenía razón, la vida había sido negligente con Alec, pero también había perdido a sus hermanos, aquello era realmente cruel. Mi ángel era bueno, puro, hermoso, él no merecía todo ese dolor por el cual estaba pasando... el destino lo había castigado injustamente.

-Perfecto –murmuró mi novio–. ¿Qué tienes que decir a tu favor para que no te mate en este mismo instante?

- ¡Alexander Lightwood! –Lo reprendí mirándolo ceñudo–. No seas grosero, nos quiere ayudar...

-Eso dice él y yo le creo –refunfuñó molestó.

-Por favor déjale hablar.

-Está bien –Alec me abrazó de forma protectora; tanto Imasu como Jace y yo, rodamos los ojos, Clary y Simon lo miraron enternecidos. Tontos.

Perdido en la oscuridad (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora