Capítulo 9

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Al final Alec me llevó en su moto por un camino lejano mientras nos adentrábamos en el bosque, aunque pregunté muchas veces hacia dónde íbamos, el solo me decía que debía tener paciencia, fue difícil tenerla, más aún cuando al llegar a cierto punto donde terminó la carretera y nos bajamos, a pesar de mis negativas, Alec cubrió mis ojos con un pañuelo que llevaba en el bolsillo. Tomándome de la cintura para que no tropezara, comenzamos a caminar lentamente, después de lo que me pareció una eternidad por fin nos detuvimos.

- ¿Ya? –Pregunté perdiendo la paciencia, escuché a Alec reír suavemente antes de quitarme el pañuelo. Me quedé boquiabierto.

Junto a un gran acantilado estaba puesta una manta de cuadros y al lado de esta había una cesta de picnic y un par de velas, sobre la manta había un par de almohadas dispuestas para nuestra comodidad. Al lado de ellas había una pequeña cubeta de metal y dentro de ésta hielos que estaba enfriando una botella champagne.

- ¿Es demasiado? –Preguntó Alec con notable vergüenza y sus mejillas un poco sonrojadas, me dio tanta ternura que no pude evitar besarle la mejilla antes de negar.

-No, no lo es, en realidad es perfecto –dije con sinceridad, eso pareció animarlo de verdad y me tomó de la mano para llevarme hacia las almohadas, allí nos sentamos y Alec abrió la botella de champagne tras de sacar dos copas para llenarlas, me tendió una y alzó la suya.

-Por nosotros –brindó antes de chocar suavemente nuestras copas, para ésta época ya estaba sonriendo como un idiota mientras lo miraba.

Después de un par de sándwiches y fresas con chocolate, me encontraba recostado en las piernas de Alec mientras que éste jugueteaba con mi cabello con suavidad yo tenía mis ojos cerrados, aunque estaba más despierto que nunca, pero los abrí de golpe cuando sentí los suaves labios de Alec presionarse en mi frente. Cuando lo miré a los ojos, estos estaban brillando.

-Despierta –musitó junto a mí oído.

-No estoy dormido –señalé con burla; con cuidado me ayudó a sentarme y recosté mi espalda contra su pecho.

-Presta atención –musitó suavemente, los dos miramos hacia el frente, estábamos mirando el amanecer.

-Estaba completamente feliz, mi padre, Lilith, Jonathan, la mudanza, todo aquello había desaparecido, sólo éramos Alec y yo disfrutando del amanecer tan bello que se veía desde aquel acantilado.

Perdido en la oscuridad (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora