Capítulo 12

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Pov Alec























-Es tu culpa –espeté furioso mirando a Jonathan con odio.

-Yo no hice nada –refunfuñó el rubio sosteniendo una bolsa de hielo contra su mandíbula, le había atizado un buen golpe cuando lo miré sacudiendo a Magnus con brusquedad; llevábamos cinco horas esperando que alguien nos diera un diagnóstico sobre lo que le sucedía a Magnus.

-Tú lo estabas fastidiando –caminé hacia el chico convirtiendo mis manos en puños; el rubio se encogió en su lugar–. Tú le hacías la vida imposible –añadí tomándolo del cuello de la camisa–. ¡Tú lo golpeaste! –Grité echando mi puño para atrás para golpearlo.

- ¿Familiares de Magnus Bane? –Llamó la enfermera; solté a Jonathan para correr hacia la mujer–. ¿Familiar?

-Novio –indiqué y la mujer asintió sonriendo.

-Qué lindo –dijo mirándome con emoción; Jonathan y yo la miramos sin entender pero la enfermera siguió ahora triste–. Les tengo malas noticias –señaló y mi corazón se detuvo.

- ¿Qué pasó? –Inquirió Jonathan reflejando el terror que yo sentía.

-El señor Bane está muy mal –empezó la mujer–. Tiene una alta inflamación cerebral –indicó–. Al parecer ha tenido altos niveles de estrés y el golpe que se dio...

- ¿Golpe? –Pregunté yo mirándola confundido.

-¿No lo notaron? –Cuestionó la mujer sorprendida–. El joven se ha golpeado bastante fuerte... ero bueno, por ahora solo puedo decirles eso, faltan algunos exámenes –musitó antes de retirarse rápidamente.

Me giré lentamente para arrojarle a Jonathan una mirada de odio puro.

- ¿Golpe? –Exigí saber furioso, Jonathan tragó grueso.

-Lo siento –musitó con su labio tembloroso, yo lo fulminé con la mirada.

- ¿Cuándo? –Pregunté con voz letal.

-Antes de que llegaras discutimos, lo empujé y cayó al suelo, miré que la mesa se movía pero no imaginé que... –antes de que pudiera terminar, le había atizado un buen golpe.

Jonathan había caído al suelo, al odio, la ira y el resentimiento me invadieron. Me habían arrebatado todo en la vida, no dejaría que ese idiota me quitara a Magnus. Antes de atizarle otro golpe, sentí como me tomaban del cuello de la camisa para estrellarme contra la pared.

- ¿Qué le hiciste idiota? –Exigió saber una copia de Magnus, aunque era notablemente mayor y menos apuesto, su rostro era más duro y su cabello más oscuro... sin importar eso, el parecido era impresionante–. ¡Dime que le hiciste! –Gritó furioso.

-Papá suéltalo... –musitó Jonathan.

- ¿Qué? –Preguntó el padre de Magnus–. Pero si él...

-Él no ha hecho nada –insistió el rubio, pero el hombre no me soltó–. Fui yo.

Tanto el padre de Magnus como yo nos sorprendimos por la confesión del rubio, el hombre me soltó y miró a Jonathan incrédulo.

- ¿Qué? –preguntó confundidos.

-El golpe del ojo de Magnus... se lo di yo –admitió Jonathan–. Que esté aquí... también es mi culpa –murmuró con suavidad –Alec no ha hecho nada más que cuidar y proteger a Magnus, yo fui quien inventó todas esas mentiras.

Perdido en la oscuridad (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora