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Maya se levantó de la cama, como ya era costumbre se arreglo para después vestir a su pequeño hijo. Lo tomo entré sus brazos delicadamente para no despertarlo. El pequeño solo se removió. Maya sonrió al verlo. Amaba al pequeño como nada mas en la vida.

-Vamos dormilón, debemos ir al trabajo- aunque no hubo respuesta, si hubo un pequeño quejido por parte del niño.

Maya río y dejo al bebe en su cama y comenzó cambiando su pañal y después ponerle uno los cambios de ropa que Katie le había regalado. Al ponerselo Maya pudo notar como dentro de unos días mas ya no le quedaría, Zac creció de una manera increíble cada semana, y eso que apenas tenía cinco meses.

Al terminar dejo al pequeño quién había vuelto a dormir en su cuna para arreglar las cosas de el mismo. Metió pañales, toallas especiales para el pequeño, algunas papillas, unas mamilas con leche en polvo dentro de ellas y algunos juguetes para entretener al pequeño.

Colgó en su brazo izquierdo la pañalera del bebe y lo volvió a cargar. Dio una pequeña mirada al reloj que había en su mesa de noche. Tenía tiempo de desayunar, pero preferiría irse caminando para ahorrar ese día el dinero que gastaría en pedir un taxi.

-¿Ya te vas cariño?- Katie estaba en la cocina terminando con su desayuno. Ella se había encargado de ayudar a Maya después de que había abandonado Nueva York.

-Si, nos vemos en la noche- Maya cubrió con una cobija a Zac y abrío la puerta.

Amaba mirar a su pequeño, era tan parecido a Lucas, justo en ese momento recordó al mencionado chico. ¿Que habrá sido de Lucas? se pregunto en su mente. Esperaba que tanto el como Lili estuvieran felices y fueran la familia feliz que siempre Lili había soñado. Miró nuevamente a su pequeño, algún día le tendría que explicar lo que había pasado con su padre, ¿Pero que era lo que le diría? Que la culpa era de ella por haberse apartado del camino.

Unos minutos mas tarde ta estaban llegando aquel restaurante. La dueña del lugar la saludó con amabilidad y tomo al pequeño en sus brazos; ella solía cuidarlo para que Maya pudiera trabajar. Por suerte Maya tenía una jefa demasiado buena y que la había ayudado desde el momento que la vio entrar con una enorme panza de siete meses.

-¿Donde esta el bebe mas hermoso del planeta?- pregunto Danna, hija de la dueña. quien también tenia un gran aprecio por Zac.

-Iré a trabajar- hablo Maya colocándose su delantal.

-Hola linda- Jack , el hermano de Danna y también hijo de los dueños del restaurante la saludo. El chico solía coquetear con Maya, aunque ella jamas le había hecho caso, aunque le costara aceptarlo aun sentía algo muy fuerte por Lucas, el pequeño le hacia recordar ese sentimiento cada vez que lo veía.

-Hola- devolvió el gesto. Tomo una de las libretas donde pongan los pedidos y se dispuso a a comenzar su trabajo.

(...)    

El pequeño Zac no dejaba de llorar, Maya había tratado de calmarlo, pero no había funcionado. La situación comenzaba a alterar un poco a los comensales y Maya estaba desesperada por no poder hacer algo. Había mucha gente  y solo eran dos chicas atendiendo las mesas, así que no podía tomarse un pequeño descanso para atender a su hijo.

-Yo te ayudo, ve con Zac- Maya asintió y dejo la bandeja en manos de Jack.

Maya se apresuro a caminar hasta el final del local, donde solía quedarse Danna, o la madre de la misma, solían ir  cuidar al pequeño.

Pasaron unos segundos y Maya con Zac en sus brazos había logrado tranquilizarlo, solo un poco. Maya no entendía porque seguía llorando, sabia que no tenia hambre, había visto a Danna darle de comer hace minutos. Toco la frente del pequeño. Estaba hirviendo.

Buscando A Papá (BAM#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora