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Solo quedaba una media hora  para que el turno de Maya terminara. Había sido un poco agotador estar cuidando de Zac, tanto Danna como Jack  había faltado ese día y la señora Zenere había estado algo ocupada con su propio trabajo, así que ese día había estado haciendo dos cosas a la vez; atender a los clientes y cuidar de su hijo.

La campanilla de la entrada sonó y un rubio entro, cargando una gran caja de regalo. Había comprado un pequeño detalle para el pequeño.

—Déjame ayudarte— le dijo a Maya, quien traía a Zac en brazos y trataba de mantener el equilibrio para que la bandeja no cayera de su otra mano.

—Gracias, en verdad necesito ayuda— Jack tomo el bebe entre sus brazos y se alejaron para no interrumpir a Maya.

Jack cargo a Zaz hasta lo mas retirado del restaurante. Coloco al pequeño en sus piernas y dejo la caja de regalo frente a el en la mesa.

—Te traje un regalo travieso— el pequeño extendió sus pequeños brazos para tratar de alcanzar el regalo— Veo que estas impaciente— paso a dejar al pequeño arriba de la mesa, sosteniéndolo, pues aun no podía mantenerse sentado por si solo, justo al lado de la gran caja.

Ambos comenzaron a quitar la envoltura, siento Jack quien hiciera la mayor parte. Cuando al fin no hubo de aquel envoltorio sobre la caja, el pequeño se quedo unos segundos tratando de descifrar lo que era. Jack rió ante la mirada que Zac tenia.

—Ahora podrás jugar mientras mamá trabaja— Maya había ya terminado con los clientes que quedaban, y solo esperaba a que pagaran sus cuentas para irse.

—¿Que sucede aquí?— pregunto Maya al ver papel de regalo esparcido por toda la mesa y alguna que otra parte en el suelo.

—Le compre un regalo a Zac— Jack estaba feliz del gesto que haba tenido para el pequeño, lo quería mucho, e incluso podría decirse que lo quería tanto como aun hijo propio.

—Sabes  que no debiste de hacer eso— por su parte Maya se sentía incomoda de que Zac fuera tan consentido por sus jefes, si le incomodaba que cuidaran de el, que le regalaran cosas hacia aun mas grande el sentimiento. 

—Oh, vamos es para que se divierta— una de las señoras que estaban ahí estaba llamando a Maya con la mano para que la atendiera, haciéndole imposible contestarle a Jack. La chica se alejo de ahí y el aprovecho para tomas a Zac en sus brazos y comenzar a recoger la basura que había.

(...)  

La pequeña Lili estaba esperando a que su padre pasara por ella al colegio, desde el día en que su madre la había abandonado, de nuevo, mantenía la cabeza agachada y ya no era común ver aquella sonrisa que solía caracterizarla. Lucas había pensado en llevarla a un psicólogo, pero esperaría un poco, al menos hasta que conociera exactamente la dirección en la que ese encontraba Maya, tal vez si le contaba que la había encontrado el animo de la pequeña subiría.

Esa tarde Lucas había quedado de encontrarse con uno de los detectives que había contratado, por lo cual le había pedido a Riley que pasara por su hija al colegio.

—Lili— llamo Riley a la pequeña, quien estaba jugando con una pulsera que ella había hecho esa mañana en el colegio—¿Nos vamos?— pregunto Riley extendiendo su mano. Lili asintió y tomo su mochila para después colgarla en sus hombros y sujetar la mano de Riley.

—¿Crees que ellos sean felices?— Riley sonrió levente ante la pregunta de la menor. Sabia a que se refería, pero ni siquiera ella sabia la respuesta.

—No lose pequeña— se detuvieron Riley se agacho para quedara a la altura de Lili— Tu papá tiene buenas noticias, ¿Porque no lo esperamos en casa?— Lili solo asintió si expresión. Su mirada se mantenía perdida.

Volvieron a emprender su camino. Riley se sentía mal por la pequeña, ella no tenia porque sufrir de esa manera. Estaba segura que si en algún momento volvía a encontrarse con Karina no dudaría en golpearla, había hecho ya demasiado daño a sus amigos.

Al llegar a casa Lili subió a su habitación para comenzar hacer su tarea. Riley decidió llamara a Farkle, por si el sabia algo de Lucas.

—Amor— dijo Riley cuando Farkle atendió —¿Sabes algo?.

—Por ahora no mucho, le entregamos algunos datos de Maya, dice que pude tardar algunas semanas o meses, por la distancia.

Riley suspiro. Eso no era bueno, ni malo. Estaban en ceros y todos quería encontrara una solución.

Tengo una idea, nos vemos después.

Ella sabia la manera en la cual podrían acelerar el proceso. Hasta ahora sabia que Maya estaba en México, y ella conocía a una persona que podría ayudarlos desde allá. Solo esperaba que tuviera resultados.   

(...)

—Deberás no debiste de hacerlo— el restaurante se encontraba solo, habían cerrado hace una media hora, Maya acababa de limpiar el lugar.

Estaba agotada, así que decidió sentarse junto a Jack. Zac se encontraba dormido en el gimnasio que Jack le había regalado.

—Sabes que quiero mucho a ese pequeño— Jack miro a la chica que tenia a su lado. Le gustaba, pero sabia que el corazón de ella seria algo difícil de ganar. Seguía amando al padre de su hijo, ella ya se la había dejado en claro varias veces. pero no se daría por vencido.—Recuerdo el día en que nació.

Maya se encontraba limpiando la ultima mesa. Ya todos se habían ido y solo quedaba ella y Jack, quien siempre la esperaba para llevarla a casa, desde que ella había justado los siete meses la señora Zenere le haba ordenado a su hijo llevarla, solo para asegurarse que nada le pasara.

Un dolor en su vientre hizo que soltara un pequeño grito y se agachara.

¿Que sucede?— pregunto Jack. Se acerco a ella para sostenerla antes de que cayera al suelo.

Creo que ya va a nacer— ambos se miraron preocupados, eran primerizos en esta situación.

¿Que hago?— Maya no pudo responder de otro dolor que le dio, provocando nuevamente que gritara.— Esta bien, vamos al auto— ella asintió y sujetando con fuerza la mano de el salieron del establecimiento.

El camino fue largo para ambos. Jack había logrado avisar de la situación a Katie y a Danna, quienes ya estaban en camino al hospital.

¿Es usted el padre?— le pregunto el doctor. Maya ya había sido ingresada a la sala de partos para ser preparada.

—No, pero , ¿Puedo entrar?—sabia que Maya necesitaba de alguien para apretar su mano, y el quería ser esa persona.

Esta bien, sigame— el chico asintió y siguió al doctor.

Unos minutos después Jack ya se encontraba junto a Maya.

Me alegra saber que estas aquí— Maya le dedico una sonrisa, entre todo el dolor que estaba experimentando.

2:15 am del día 18 de octubre y el pequeño Zac ya había nacido. La mano de Jack había quedado algo marcada por la mano de Maya, quien la había estado apretando durante varias horas.

Es hermoso— dijo Jack al verlo. El lo había sostenido con delicadeza en sus brazos y lo había acercado a su madre.  

Hola mi amor— Maya lo tomo en sus brazos y toco su pequeña carita, para después darle un pequeño beso en su cabezita.

Ambos sonrieron ante el recuerdo, sin duda había sido una linda experiencia para ambos.

  

 

   

        

      

Buscando A Papá (BAM#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora