Capítulo 2

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Al llegar a su casa, Timantti le contó a sus padres lo que aprendió en su primer día de clases, incluso les contó que había jugado un partido de entrenamiento con el equipo de la escuela.

La mamá de Timantti sólo la escuchaba mientras veía sonreír a su hija y le tocaba su pequeña carita.

- Veo que te apasiona mucho jugar fútbol, hija.

- Por supuesto que sí, mamá, es lo que más amo en la vida, cuando sea grande quiero ser como mi ídolo, Lionel Messi.

Sin nada más que decir, la madre de Timantti aceptó apoyarla en su sueño.

- Está bien, hija, si quieres jugar fútbol, tendrás todo mi apoyo pero con una condición.

- ¿Cuál es, mami?

- Que no dejes los estudios.

- Te lo prometo, mamá, le echaré muchas ganas en los estudios y en el fútbol, quiero que estés orgullosa de mí.

- Pero si ya lo estoy, mi pequeña.

Al oír esas hermosas palabras. Timantti rompió en llanto y abrazó con amor a su madre.

- Gracias por creer en mí, mamá, te juro que seré la mejor.

Al día siguiente, Timantti acudió a clases acompañada de su madre y ellas se dirigieron al campo de fútbol para empezar el entrenamiento, en ese momento llegaba el profesor de educación física.

- Buenos días, usted debe ser la mamá de Timantti

- Así es, profesor.

- Es un placer conocerla, permítame decirle que su hija tiene mucho talento para jugar fútbol, ayer tuvimos un partido de entrenamiento y Timantti se lució como una profesional.

- ¿De verdad, profesor?

- Por supuesto, señora, en una de las jugadas, su hija se quitó a varios jugadores muy fácilmente.

- Y eso no es todo, elevó el balón de una manera increíble que el portero no pudo detener.

- Gracias por decírmelo, profesor, creo que estaba equivocada al negarle el fútbol a mi hija.

- No se lo niegue, su hija merece cumplir su sueño.

- Si está de acuerdo, yo puedo ser su maestro y su guía para que pueda llegar muy lejos

- ¿De verdad lo haría?

- Sería un honor hacerlo

Después de varios minutos pensándolo, la madre de Timantti aceptó.

- De acuerdo, profesor, dejaré que mi hija cumpla su sueño pero con la condición de que no deje los estudios.

- No se preocupe, yo me encargaré de que estudie como debe.

Los ojos de Timantti brillaron de felicidad, su sueño de ser futbolista estaba comenzando.

El Sueño de TimanttiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora