Capítulo 24

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Fran colocó el balón en el centro para reanudar el partido y empezó a correr como nunca lo había hecho antes, en las tribunas se podía ver a lo lejos su desesperación por anotar pero más que eso, era su preocupación por fallarle a su amada.

- ¡Perdóname por haberte fallado, Timantti!, yo no sirvo para el fútbol, nunca podré llegar a ser tan bueno como tú.

De pronto, Fran escuchó una voz que le daba ánimo para seguir jugando.

- ¡Ánimo, Fran!, ¡yo confío en tí!

Era nadamás y nada menos que Timantti quien le hablaba desde su corazón.

Fran colocó su mano en su pecho para averiguar de qué se trataba.

- ¿Eres tú, Timantti?

- Sí, soy yo, Fran.

- No te veo, dime dónde estás

- Te hablo desde tu corazón.

- ¿Desde mi corazón?.

- Así es, quiero que sigas jugando y que entregues todo en la cancha hasta que yo regrese.

- Pero tú sabes que yo no sé jugar fútbol, todo lo que pude aprender fue gracias a tí.

- Yo tampoco sabía jugar fútbol pero aprendí viendo a mi querido Barcelona, el equipo que me hizo enamorarme de este hermoso deporte.

- Fran, en esta vida nadie nació sabiendo hacer las cosas, uno tiene que aprender, se tiene que esforzar y dar lo mejor para llegar a ser el mejor en lo que uno ama, como tú que amas el baile y quieres ser maestro como tu mamá.

Las palabras de Timantti hacían que Fran recobrara la confianza poco a poco.

- Tienes razón, mi amor, si no me esfuerzo no conoceré cuál es mi límite.

Inesperada y milagrosamente, Fran resurgió como ave Fénix para tener su enfrentamiento con Bryan quien lo esperaba ansiosamente para usar su juego sucio con él.

- ¡Vamos, Fran!, ¡atrévete a desafiarme!, ¿o será que me tienes miedo?

Fran aceptó el reto de Bryan y una feroz batalla estaba por comenzar.

El Sueño de TimanttiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora