Capítulo 17.

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Confessioni e consigli, Caruso e ormoni.

-No, no, no, no, no -la detuvo justo a tiempo-. No vas a firmar con un bolígrafo, mucho menos con un Cross-sacudió su cabeza y agitó su dedo índice de lado a lado-. Mucho menos con tinta negra cuando está impreso en negro -dijo, alcanzándole la pluma fuente Omas Arte Italiana Milord de tinta azul, esa que era especial para firmar contratos, cheques y demás asuntos oficiales.

-Como tú digas, y cuantas veces digas -sonrió, tomando la pluma en su mano para firmar trece veces en las trece páginas que tenía cada una de las cuatro carpetas que tenía frente a ella.

-Cincuenta y dos firmas que te harán famosa.

-¿Cómo me hace esto famosa? -rio, trazando la primera letra de su firma-. Estoy perdiendo el veinticuatro por ciento, más uno, de un excelente Estudio de Arquitectos e Ingenieros...

-Sí sabes que ese veinticuatro, más uno, nunca fue tuyo, ¿verdad?

-Oh, yes... but a girl can dream, Arquitecta Jauregui -susurró.

-Oh, yes, a girl can -murmuró, tomando su taza de té para llevarla a sus labios-. But a woman has goals.

-¿Así o más profundo? -rio, refiriéndose al sentido filosófico del comentario.

-Eso te preguntó Phillip ayer por la noche, ¿verdad? -bromeó Lauren, ahogando la risa traviesa en el eco de su taza.

-Phillip es sinónimo de profundidad... él no pregunta si está bien "así", él sabe que "así" está bien.

-A veces eres tan explícita en lo que a tu vida sexual se refiere... -sacudió su cabeza.

-Una mujer que está orgullosa de su sexualidad no se avergüenza de su vida sexual... o de la falta de -rio-. Aunque, normalmente, tiende a ser una percepción polar; a un lado tienes la lástima, al otro tienes a un híbrido de arrogancia con orgullo.

-No, sólo te burlas de ti misma cuando te das lástima y elogias todo lo que esté a tu paso cuando tienes una vida sexual más viva y placentera que la de Baco -sonrió.

-True -asintió una tan sola vez-. Pero, ¿a quién le importa sino a uno mismo?

-A mí me importa si tienes vida sexual o no -sonrió ampliamente.

-Y eso es porque... -levantó su mirada-. ¡Porque eres una pervertida!

-Sólo por las noches -susurró, y guiñó su ojo derecho-. Pero no, no es por eso... es porque estás más manejable y más soportable cuando decides imitar a los conejos.

-Hieres mis sentimientos, Lauren Michelle -rio-. Pero es muy cierto... debo haber sido peor que una apendicitis antes de perder mi inocencia.

-Nate, llámale como quieras menos "inocencia" -rio-. Nunca fuiste "inocente"; eso se te nota.

-El término "virginidad" me afecta... es tan...

-¿Religioso?

-¡Exacto! -suspiró, cerrando la primera carpeta para alcanzársela a Lauren-. Y tú y yo sabemos que no soy particularmente religiosa.

-Ah, pero estabas más que contenta en el altar, siendo bendecida por Dios a través de la boca del Obispo, ¿no?

-That was different -levantó su dedo índice-. Tú sabes que sólo me interesaba que me dieran permiso legal, social, religioso, parental, y demás, para poder sudar cada superficie de mi apartamento con Phillip, ¿no?

-Lo que tú digas -se encogió entre hombros y bebió su taza hasta dejarla sin té; ya estaba más frío que tibio y el sabor había mutado en amargura de expresiones faciales de asco en la italiana.

Antecedentes y Sucesiones. (CamrenAdap.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora