Capítulo 19.

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Desde "mover baños" y "Brite Lites", hasta la Inception.


- ¿Se puede? -asomó Camila su cabeza por la puerta entreabierta de la oficina de Volterra, aunque, claro, antes de asomarse había llamado como cualquier otro mortal que respetaba la idea de una puerta no abierta y de la ausencia de secretaria.

- Por favor -sonrió Volterra, desviando su mirada de la pantalla mientras se quitaba los anteojos, y se puso de pie con cierto aire de nerviosismo e incomodidad por el simple hecho de ser Camila y de saber que recientemente no había hecho nada como para que se mereciera un disgusto ajeno.

- ¿Estás ocupado? -le preguntó, abriendo la puerta pero permaneciendo al borde de la oficina, y le mostró un Flash Drive que colgaba de su dedo índice y un folder entre su mano.

- No, por favor -repitió-, pasa adelante -le dijo, invitándola a tomar asiento.

- Gracias -murmuró, cerrando la puerta tras ella y tomando asiento en la butaca más cercana.

- ¿Ya almorzaste? -sonrió, intentando emplear la táctica del "small talk" que no se le daba bien alrededor de nadie, en especial de Camila.

- Me comí el mejor Kotopoulo Giouvetsi de mi vida -asintió-. O de lo que va del año.

- Me podrías estar insultando y yo ni enterado -rio, apoyándose del borde exterior de su escritorio para estar frente a frente con Camila.

- Es pollo horneado con orzo, salsa de tomate y feta... si no me equivoco -resopló-. Lo que importa es que estaba rico.

- Buen provecho -sonrió un tanto conmovido y sin saber exactamente por qué.

- ¿Tú ya comiste? -correspondió la sonrisa para relevar el agradecimiento explícito y verbal.

- Liz me traerá algo de comer cuando ella regrese de almorzar... me dijo que me iba a traer un "mean Fettuccine alla Panna" -rio-, lo que sea que eso signifique.

- Que es muy, pero muy bueno -repuso Camila, como si para ella eso no fuera una expresión un tanto contradictoria y engañosa-. Cosa que dudo mucho.

- Tanto como para bajar mis expectativas -rio Volterra mientras sacudía su cabeza.

- ¿Alguna vez has probado le Fettuccine alla Panna de mi mamá? -ladeó su cabeza con una sonrisa demasiado inocente como para no tener intenciones secundarias.

- Mmm... -suspiró, intentando descifrar cuál era la respuesta correcta.

- Supongo que, si los probaste, fue hace demasiado tiempo -dijo, quitándole ese peso de encima al hombre que podía hacer sudar con una simple insinuación lejana-. Le diré que haga cuando venga, así refrescas el paladar y confirmas lo que digo.

- Tú sólo me dices y yo llego -sonrió-. ¿Cuándo viene tu mamá al final?

- Jueves veintidós a la una con cincuenta, llega a Newark... y se va el nueve a las cuatro con cincuenta, saliendo del JFK, y, por si te interesa, no hace escala en ninguna parte y viene en primera clase -ensanchó su sonrisa.

- Cómoda -resopló-. Me alegra.

- Yo le ofrecí traerla con el equipaje -bromeó-, lo de primera clase es obsesión de Lauren.

- Me lo imaginé -rio-. Tu hermana no viene el mismo día, ¿verdad?

- No, mi hermana viene el veintisiete y se va el tres... tiene que ir a clases.

- ¿Y quién se va a quedar con ustedes? -preguntó con intenciones que según él eran ocultas.

- ¿Cómo que quién se va a quedar con nosotros? -sonrió traviesamente.

Antecedentes y Sucesiones. (CamrenAdap.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora