Pacta Sunt Servanda
Venerdì CEST (UTC+2)
Sus días eran satisfactorios, a veces monótonos gracias a los procesos burocráticos que requerían todas las justificaciones financieras de la conservación y preservación del arte, pero eran, en general, satisfactorios. A veces, por las mañanas, mientras esperaba a que la machinetta hiciera lo suyo, recordaba otros tiempos, otras etapas de su vida, y casi siempre se sorprendía al borde de aceptar que el único arrepentimiento que tenía era el de haber dejado la Curaduría de la Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea en los primeros meses del ochenta y uno. A veces era algo que le reprochaba a Franco; a veces, algo que se reprochaba a sí misma; a veces, y más de lo que le gustaría admitir, se lo reprochaba a Marco. Pero Marco no tenía la culpa, se decía. Siempre le sería raro que de su matrimonio con Franco no se arrepentía en lo más mínimo, al menos no por las razones que su progenitora en algún momento le dio para evitar lo que se ofició en la Basilica di Santa Maria in Trastevere. Su vida con Franco se dividía en dos partes: en la primera lo adoraba: en la segunda, lo detestaba. Era así de simple. Sencillo.
Nunca olvidaría el día en el que Tomasso Parrella, el hombre que apostó por ella como corredora de arte cuando recién se graduaba de la universidad, la envió a Via del Plebiscito para que se reuniera con un cliente que le había llevado Apollonia Marchesani, portentosa diseñadora de interiores de la época.
El edificio era uno más de los tantos, nada lo hacía destacar; entre la Chiesa del Gesù y el Museo Nazionale di Palazzo Venezia era imposible hacerlo. Sin embargo, en cuanto cruzó el umbral de la puerta, se sintió en algo parecido a las ensoñaciones –por llamarlas de algún modo– de Lewis Carroll en Alice’s Adventures in Wonderland: en cuestiones estéticas, el lugar ya se encontraba en lo que ella misma preveía para la siguiente década en la industria; había hombres y mujeres envueltos en atuendos osados y conservadores, unos muy elegantes y otros muy eclécticos, todos guapos, todas bellas; la burocracia apenas se olía entre el penetrante aroma a eucalipto; y había una extraña ligereza en la que era posible llevar percheros atestados de ropas y carritos con rollos de telas de los colores más atrevidos y las texturas más impensables.
Un coetáneo suyo, vestido en una ajustada camisa manga corta negra de poliéster y pantalón gris de vestir, le indicó –con gestos y gesticulaciones flamantes– que esperara sentada a que la Signora Capalbo, la secretaria que martillaba rápidamente una máquina de escribir con los dedos, le indicara otra cosa.
No recordaba haber esperado mucho, algunos minutos, no más de diez, cuando la antedicha mujer alzó el auricular del teléfono y murmuró un delicado immediatamente, tras lo que, poniéndose de pie, la condujo hacia la puerta de quien debía complacer.
Cuando ella entró, él se puso de pie y se abotonó el saco como muestra de respeto y cortesía. Era alto, altísimo si lo comparaba con sus escasos ciento sesenta y cuatro centímetros. Tenía la piel dorada y perfecta, la mirada pícara y osada, la quijada afiladamente rectangular; la nariz estaba dotada de imponencia, y el cabello iba en contra de toda tendencia del momento. Él le dio una última calada al cigarrillo que se había prendado de los labios para poder arreglarse el traje y lo aplastó contra la cerámica del cenicero que evidenciaba un buen día. Sonrió. Se presentó como Franco Jauregui, Director de Finanzas. Le tendió la mano. Ella se preguntó cómo alguien podía tener un par de labios tan perfectos.
Siendo el Director de Finanzas, a sus veintiséis años (eran otros tiempos), era un hijo de puta único en su especie: carismático, encantador, un bromista delicado, un auténtico demagogo; se metía por los oídos, por los ojos, por la piel. Todos lo querían, nadie le resentía nada. Como dije: eran otros tiempos, dorados en realidad.
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Antecedentes y Sucesiones. (CamrenAdap.)
RomanceSecuela de "El lado sexy de la arquitectura". Está historia NO ES MIA, todos los créditos a la increíble y absoluta autora ELLAJ. Aclaración: Los personajes del fic se introducen en condiciones de personajes ORIGINALES, por lo cual NO es una compl...