Capítulo 8

969 102 72
                                    

Simplemente quería dormir, olvidarme de todo durante unas cuantas horas, huir. Tan solo quería dormir.

...


Como bien dicta Wikipedia, el impulso es el deseo intenso y repentino que lleva a hacer una cosa sin reflexionar o sin pensar en las consecuencias.

"— Su nombre es Len, Tomizawa Len. Mi Len...

— Increíble... —divagué en voz alta.

— ¿El qué?

— Nada —contesté al instante—, es solo que...me está encantando saber más cosas sobre ti, ¿y si ahora pasamos a los gustos musicales?"

Dicho en otras palabras, el impulso es aquello que no fui capaz de controlar cuando mi pie pateó la puerta de la azotea, provocando que esta cediera al primer golpe y se abriera con más violencia de la que había planeado.

Mierda.

Salí con un paso decidido y unas emociones totalmente difusas; ¿debía afrontar el problema o volver a huir? ¿este era un problema real o solo estaba exagerando las cosas?

NO ¿Qué más da? Ya has dado la puñetera patada, si no hago una entrada dramática, ¿de qué habría servido? Ya no hay marcha atrás, Rin.

No tardé en encontrar a Len con la mirada; estaba sentado en el suelo, a la sombra, en una postura de total indiferencia, observándome con aquellos impasibles ojos.

— ¡Tú! —exclamé, apuntando mi dedo hacia él.

— ¡Yo! —contestó, señalándose a sí mismo.

¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué? Venga estúpido cerebro, recuérdame a qué hemos venido.

Necesito saberlo —dije—, ¿cuánto...

— Nunca es tarde para decir buenos días —me cortó—, ¿lo sabías?

— Te estaba haciendo una pregunta.

— Y yo te he hecho otra —arqueé una ceja. Él sostuvo su mirada contra la mía; parecía estar retándome.

Me permití soltar un exasperado gruñido; no quería malgastar el tiempo, quería respuestas y, si para ello debía renunciar a mi dignidad, estaba dispuesta.

Cogí aire y me di la vuelta, saliendo por la puerta.

Te odio.

Volví a entrar, esta vez de forma más pacífica, mostrándome más animada y encantadora, dando saltitos de alegría, exponiendo una gran y fingida euforia en mi rostro.

— ¡Hola Len, querido! ¡Buenísimos días! ¿No hace hoy un día súper hiper mega maravilloso? —mi voz entonaba un rotundo e inevitable sarcasmo—. El Sol brilla, el cielo está despejado y todo es hermooooso —el cielo estaba nublado—. ¡Y el instituto desde aquí se ve taaaan grandioso! ¿No crees...Lenny? —en cuanto pronuncié aquella última palabra, mi habitual expresión regresó—. ¿Satisfecho?

— Podrías haber sido un poco menos falsa —apoyó su espalda en la pared, entonando una socarrona sonrisa.

— Te toca responder a mi pregunta: ¿Cuán...

— Por supuesto: en mi opinión el instituto se ve como una mierda mires por donde lo mires — idiota—, aunque he de admitir qu...

— Ya basta —le advertí, acercándome a él—. Deja de tomarme el pelo, esto va en serio. Quiero saber cuánto sabes de mí.

Hazme sentir viva | RinxLen [EN PROCESO DE EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora