Capítulo 26

858 100 274
                                    

Porque solo hacía falta una mirada para mostrar el reflejo del nuestras almas.

~~~

Mi mirada se mantenía fija en el espejo, analizándome de arriba abajo, una y otra vez.

Esto es raro.

Dejé el peine sobre la cómoda y volví a observar mí reflejo. Me sacudí levemente la ropa; me sentía extraña. No paraba de fijarme en cada detalle de mí; mi pelo, mi vestimenta, mi cara, mis zapatillas, mi cuerpo... Era jodidamente molesto, ¿Por qué de repente me tenía que sentir tan insegura, tan inquieta, tan nerviosa?

¿Esta ropa está bien?

¿Debería ponerme más corrector?

¿Debería vestirme más colorida? ¿Aún menos colorida?

¿Mi peinado está bien?

¿Mi personalidad está bien?

AGHH ¡¿Qué mierda me está pasando?!

Golpeé mi puño contra la pared, justo al lado del espejo. Necesitaba despejar mi mente de tantas y tremendamente agobiantes preguntas.

Respiré con profundidad y me miré nuevamente en el espejo.

Tomé aire por segunda vez.

-Vale Rin, vamos a relajarnos. - Me dije señalándome a mí misma, posando mi dedo índice sobre mí reflejo. - Vas a ir a una cita con Len. No es para tanto. No hay por qué ponerse tan nerviosa. No es como si nunca hubieras estado con él a solas. Es decir, ¿Qué es lo que puede pasar en nuestra primera cita?... Len y yo...a solas... - Mis palabras salían de forma atropellada. Mi dedo hacía cada vez más presión sobre el cristal. Mi rostro empezaba a volverse de una tonalidad rojiza, enfureciéndome cada vez más. - AGH, ¡TE ODIO!

Malpensada de mierda...

Me alejé del espejo frotándome las mejillas, pensando estúpidamente que así se me iría el rubor. Sin embargo lo único que conseguí fue, obviamente, hacer que mis pómulos parecieran dos rechonchos tomates.

Entre bufidos, rindiéndome ante mis molestos pensamientos y mis entrecruzados sentimientos, me dejé caer sobre mi cama.

Alejé mis manos de mi cara. Mi mirada acabó enfocandose en el techo.

¿Por qué? ¿Cómo demonios lo has hecho para cambiarme tanto la vida? ¿Cómo lo haces para hacerme sentir de esta puta manera?

Suspiré.

Será mejor que estés sufriendo la misma tortura que yo, Len Tomizawa.

Con una de mis manos, fui acariciando lentamente el aterciopelado edredón; de un lado a otro.

Si mi yo de hace seis meses pudiera verme en este momento...

Sonreí involuntariamente.

...seguramente me escupiría en la cara.

(...)

- Bienvenida, señorita Kagamine, a la primera y última parada de nuestra primera cita. - Dijo entusiasmado, haciendo una leve reverencia, señalando con ambas manos el edificio.

- Es tu casa. - afirmé con obviedad.

- Intenta no quitarle la magia a este momento.

- Lo haría si no fuera porque en ese cartel pone "Residencia Tomiz...

Hazme sentir viva | RinxLen [EN PROCESO DE EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora