Capítulo 10

900 97 63
                                    

"Mírame a los ojos y dime qué no me has traicionado"

~~~

— Rin, ese es tú nombre, ¿cierto? — Yuma cogió uno de los mechones de mi pelo y empezó a enrollarlo sobre su dedo. Le miré con una mezcla de repulsión y curiosidad. — Eres hija de uno de los empresarios del momento.

— Supongo que sí.

— Yo también soy hijo de uno de los grandes, ¿sabes?

— Ahm, — reaccioné. — lo siento pero es que no me importa, así que... — Intenté escabullirme pero él volvió a insistir.

— Espera, — me detuvo. — tienes cara de que el día no te ha ido bien, ¿te apetece ir a tomar algo?

— Depende, ¿vas a aceptar un no por respuesta?

— No. — respondió enseguida. Puse los ojos en blanco. Al menos me pagaría la comida.

— Vale — suspiré.

— ¿Vale?

— Eso he dicho.

— ¿Entonces es un sí?

— ¿Tú que crees? — pregunté de mala gana.

— Creo que...dejaré de preguntar y daré por hecho que has aceptado. Nos vemos a las seis en la cafetería "Yugen". — Dio por hecho con una gran sonrisa.

Yuma, hijo de un amigo empresario de mi padre. Varias veces había venido a mi casa y varias veces me había insistido, de forma repetitiva, salir e ir a tomar algo. Obviamente me negué todas esas veces, pero en ese instante me sentí tan cansada que simplemente le dije sí, con la esperanza de que esa fuera la última vez que tuviera que verle la cara. Lo que no sabía es que esa estúpida respuesta por mi parte causaría que al destino le diese por jugar con los puñeteros hilos de mi vida.

...

Moví la pajita en continuos movimientos circulares sobre la copa vacía, mientras que con la otra mano apoyaba mi cabeza. Esa especie de cita me parecía demasiado aburrida y pesada. Él no paraba de ligar conmigo, y yo me veía alagada y asqueada al mismo tiempo. Y lo peor es que ya me había acabado mi copa de helado. Por suerte, Yuma se había ido al baño, dándome este momento para pensar y quejarme.

Podría irme de aquí aprovechando que se ha ido al baño. Mmmm... ¿sería demasiado cruel? Observé la puerta del servicio de hombres. Bufé indecisa; entonces vi a una camarera que se acercaba a mi mesa y se me ocurrió una forma de aclararme.

— ¡Perdone! — La llamé.

— ¿Sí? ¿Desea pedir algo más? — Preguntó con una sonrisa.

— No, no es eso. ¿Usted se ha fijado en el chico que estaba sentado a mi lado?

— Oh, por supuesto, admiro mucho a su padre. Además, él es un cliente muy habitual. — Admitió con entusiasmo.

— Ahhm, — Asentí. — ¿Y por casualidad sabe usted a cuantas chicas ha traído aquí? — Su expresión cambió un poco al verse en una situación tan comprometedora en la que se supone que debería respetar la privacidad del cliente.

— Ehhh...— Dudó. — Disculpe pero es que no se si debo decirle este tipo de información.

— No, si lo comprendo es solo que... — inventé rápidamente una excusa dramática. Bajé la mirada. — he salido hace poco de una relación bastante tóxica y no me quiero arriesgar con él. Yuma es un buen chico y yo lo aprecio pero no quiero volver a caer en lo mismo...— Mis palabras se apagaron, mientras que mi expresión cambiaba a una deprimente y desesperada.

Hazme sentir viva | RinxLen [EN PROCESO DE EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora