Hazme sentir viva | RinxLen [EN PROCESO DE EDICIÓN]

Capítulo 21

Sin duda, el silencio fue su mejor arma.

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Pero entonces, me di cuenta.

¿Qué demonios estoy haciendo?

Sí, podría acabar conmigo misma ante sus ojos pero, ¿Qué cambiaría eso? ¿De que serviría?

Lo que necesitaba era hacerle caer en su propio juego, hacer que se dé cuenta de que lo que ha hecho está mal. Castigar a ese niño travieso.

Entrar en su juego.

De repente, como por arte de magia, ese tenebroso miedo que acechaba mi mente, se desvaneció. Mis manos dejaron de temblar, mis ojos dejaron de retener el dolor. Ya no sentía una presión en mi pecho.

Esto es la puta realidad.

Observé a Yuma a los ojos. Él seguía con su maliciosa sonrisa, mirándome como si creyese que me había atrapado.

Ya no tengo miedo.

Me alcé de la silla, haciendo resonar un estridente ruido por el comedor.

— Yuma, — Le miré. — fuera de mi casa.

Él se mostró algo sorprendido por mi reacción, pero pronto volvió a sonreír.

— ¿Ya me estás echando? — Se levantó de forma más delicada. — Bien, acabas de condenar a tu padre y a tu amante. Enhorabuena, Rinny. Te felicito.

Ahora era yo la que sonreía.

— ¿Te crees que has ganado, Yuma?

— Acabo de hacerlo querida. Soy el ganador de este juego. — Su voz empezaba a denotar confusión por el repentino carácter que estaba mostrando.

— Tú lo que eres es un idiota. A penas acabamos de empezar. — Concluí con decisión.

Su sonrisa se desvanecía por momentos, a la vez que su ardua mirada se volvía más furiosa.

— Cuida ese vocabulario rubita. — Me advirtió mientras se acercaba a la puerta de casa. — Recuerda que el que tiene los mandos aquí soy yo.

— Pues adelante. — Propuse. — Ve y destruye a mi padre.

Su fulminante mirada me estaba atravesando.

— ¿Me estás retando?

— No te enteras de nada, ¿verdad? — Frunció el ceño en una mezcla de ira y confusión. — Yuma, esto es la puta vida real, no una telenovela barata — Me fui acercando más a él. — ¿Enserio te crees que tu padre haría caso a su malcriado hijo para romper un contrato con otra empresa que le proporciona dinero y poder? Él no es tan estúpido como tú. Da igual lo que hagas, a mí padre no podrás destruirlo.

Su molesta expresión pasó enseguida a una divertida en la que su siniestra sonrisa volvía a ser la protagonista. Le observé recelosamente.

— Bien, Rinny, buena jugada pero se te escapa algo: a ti. Si no puedo acabar con tu padre, acabaré contigo. — Sentenció.

— No, — Contraataqué. — no lo harás.

— ¿Qué te hace pensar eso?

Di un paso más hacia él.

 — Yuma, tú me amas. — Mi tono de voz se volvió inconscientemente más blando. — Soy eso que más quieres en el mundo. No puedes destruirme, no eres capaz.

Pude notarlo. Mis palabras lo habían enfurecido y bloqueado, ya no sabía que pensar ni que decir. Sus puños estaban apretados tan fuertemente que los nudillos habían empezado a cambiar de color. Ahora era yo la que lo había acorralado.