Capítulo 20

893 92 94
                                    


"Huir. Pasar la vida huyendo. Suena terrible ¿No? Pues no lo es. Es cómodo, fácil y tranquilo. Huir es arrancar un soplo de vida y escaparse con él."

~~~

Acaricié su cabeza con delicadeza, mientras él se revolvía a mí alrededor.

— Los siento pequeño, pero hoy no tengo comida para darte.  — Soltó un largo maullido tras mis palabras, como si entendiera a la perfección lo que le decía. — Bueno, vale, sí que tenía pero…me lo comí. Tenía hambre, ¿vale? — repliqué.

Kuro dio un gran salto, aterrizando en el banco y acomodándose a mi lado. Seguí acariciando su suave pelaje mientras él posaba su cabeza sobre mi regazo, esperando a recibir más mimos.

— No sé si te lo he dicho ya pero te envidio de una manera impresionante. — Solté para después suspirar de cansancio. — … ¿Sabes? La vida me está yendo peor de lo que pensaba. Tampoco esperaba algo perfecto o lleno de felicidad; con una pizca de normalidad me habría bastado. Aunque, sí, tal vez Len tenga razón y me esté complicando demasiado la vida, pero es que… — Dejé de acariciarle, posando mi mano en mí regazo, al lado de su pequeño rostro.  — simplemente ya no sé qué demonios hacer. No sé qué camino elegir o qué hacer conmigo misma. — Solté otro suspiro. — Estoy tan frustrada, tan furiosa, tan triste ¡tan!…confundida. — Acabé susurrando. Observé de nuevo a Kuro. Puse una mueca, frunciendo los labios. — ¿Qué hago contándole mis problemas a un gato? — Me pregunté como si me acabara de dar cuenta.

— Me da que alguien se está volviendo un poco loca.

— Debo estar volviéndome loca. — Entonces, al reconocer la voz, reaccioné, mirando fulminantemente a Kaito, quien se encontraba detrás de mí. — Idiota.

— Buenos días a ti también, querida mía. — Al apoyar sus brazos en el respaldo del banco, Kuro se alertó, levantándose y huyendo. Esto se me empezaba a hacer familiar.

Adiós a mi adorable psicólogo gatuno.

— Vete a la mierda. — Le contesté.

— Realmente eres cruel, Rin. — Dijo falsamente herido por mis palabras.

— ¿Has escuchado toda la conversación? — Pregunté ignorando su comentario.

— Solo la parte de “¿Qué hago contándole mis problemas a un gato?”. Me encontraba en la obligación de contestarte.

— ¿A caso me estabas acosando?

— No…bueno, puede que un poquitín. — Se excusó con una amable sonrisa.

— Kaito, ¿por qué estás aquí?

— Eso mismo tendría que preguntarte yo a ti, ¿no deberías estar en clase?

— Sí, tú lo has dicho: debería.

Dio un estratégico salto, sentándose directamente a mi lado.

— No está bien saltarse las clases. Estás dejando muy de lado tus estudios, jovencita.

— ¿Y qué? — Pregunté restándole importancia.

Kaito apoyó su brazo en el respaldo, observándome con una mezcla de preocupación y enfado. Desvié la mirada, intentando evitar contacto visual con él. No podía enfrentarle cuando se ponía de esa manera y se preocupaba tanto por mí.

Hazme sentir viva | RinxLen [EN PROCESO DE EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora