Keepsake |One Shot Series|

10: ¿Qué opinas de la universidad?

Abro mis ojos y estiro mi cuerpo en la cama. Miro el color azul en una de las paredes y suspiro. Huele a Zayn pero no hay señales de él, su cuarto está sumido en el silencio y en la oscuridad a excepción de la luz de la luna.

Mi cabeza está hecha un lío y me duele todo el cuerpo, pero raramente me siento ¿alegre? No sé si esa sea la palabra correcta. Mi mente se llena recuerdos, Zayn y yo en la biblioteca, Zayn y yo en la camioneta, Zayn dejándome con Liam en el restaurante, Zayn y yo en la cocina, Zayn y yo en la sala de estar, Zayn y su cuarto, Zayn y sus manos, la sensación de nuestros cuerpos unidos... ¡Oh mi! Tan sólo pensarlo hace que sienta una reunión de calor entre mis piernas.

Ahora no quiero ni mirarlo a los ojos, sería muy vergonzoso y lo es porque no me arrepiento de nada. Mi subconsciente me regaña por tener vergüenza pero me es inevitable, no quiero saber que reacción él tendrá cuando me acerque y no quiero salir de estas cuatro paredes para no tener que enfrentarlo pero mi estómago esta gritándome que me alimente y si me quedara aquí sería algo realmente tonto, esta es su habitación. Sólo me queda salir y enfrentar lo que me espere.

Me coloco la camisa de Zayn ya que mi ropa estaba esparcida por algún lugar del apartamento y cometo el gran error de mirarme al espejo, mi cara sólo demuestra que estoy recién follada y mi cabello enmarañado no ayuda del todo. Lo arreglo con mis dedos como puedo y luego me doy por vencida, el tiene su estilo propio hoy, está en rebeldía y yo muero de hambre. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, la cocina está desolada y le agradecí al cielo por eso, al menos no tengo que toparme con Zayn, solo si salgo de la cocina y no tengo intenciones de hacerlo por ahora.

La camisa está pesada, meto una de mis manos en un bolsillo y sacó un artefacto electrónico. Un IPod, creo. Soy algo inmadura en estas cosas tecnológicas, jamás tuve uno y estar encerrada esos tres años tampoco me funcionó para saber algo que no fuera más allá del sexo, bailes eróticos y clases de refinamiento. El artefacto se ve frágil en mis manos y no me atrevo a oprimir absolutamente nada pero me da curiosidad. Oprimo el pequeño y único botón que está en la parte delantera y la pantalla se ilumina, deslizo mi dedo por la pantalla la cual de inmediato me pide que introduzca un código. Oprimo varias combinaciones de números, no acierto ninguna y luego me pide que espere un minuto ya que está desactivado y yo entro en pánico. ¡Lo descompuse! Me quedo quieta en mi lugar y espero un minuto exacto y lo reviso, efectivamente, ahora me pide que lo desbloquee otra vez pero no caeré en su juego, es un artefacto del infierno, mira que eso me faltaba, ya me basta con que me tenga aquí de arrimada en su casa.

Voy a la nevera y está llena de cosas, se me antoja todo y no sé qué comer, me decido por un sándwich de atún y algo de jugo. Está rico y mi estómago está feliz ahora, mientras como me permito pensar en como diablos estoy metida en todo esto con Clyde Valentine. Al menos Liam me ha contado todo y mi mente ya no tiene tantas dudas. Sé que quieren matarme, lo quieren hacer porque soy la única prueba viente que estuvo presente el día de la muerte de mi madre, lo cual me crea nuevas interrogantes. ¿Por qué Valentine querría deshacerme de mi, si en todo caso, mi padre debe ser el preocupado y está muerto. El pequeño deseo de venganza hacia mi padre desapareció cuando supe que murió, así que no se me ocurre una razón coherente que explique las ganas de Valentine de eliminarme de la faz de la tierra.

Liam me ha dicho que hay una pequeña probabilidad de que sea vendida, no tengo idea de como lo sabe pero me lo ha dicho sin titubeos, y si era virgen me harían desaparecer del planeta en un pestañeo y con el silencio de la persona que me compre, por eso Zayn se ha encargado de eso aquel día. Las vírgenes valen mucho más que una mujer desvirgada, si ellos llegasen a atraparme no hay tanta posibilidad de ser vendida. No estoy feliz de que Zayn haya sido el primero, no fue romántico, no fue tan delicado pero no puedo quejarme, él es quien me protege estoy agradecida de eso.