Capítulo 40

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*POV Tercer Persona*

Siendo abierta la puerta frente al pequeño pelinegro, uno de los sujetos que se encontraba tras él, lo empujó al interior de la habitación, haciendo que cayese al frio suelo.

-¿Aaron?- Susurró Lucas llegando al lado del niño- ¿Estás bien? ¿Por qué tu cuerpo llora de color rojo?-

Una fugaz sonrisa se presentó en el niño en el suelo ante ese pensamiento. No eran lágrimas lo que recorría su anatomía, era sangre, su sangre.

-No llora, Lu- Sonrió intentado sostenerse con sus pequeños brazos los cuales fallaron e hicieron que cayera nuevamente.

-¿Es agüita?-

-Si, bicho- Cedió el pelinegro recargando difícilmente la espalda en la pared mas cercana.

-Antes de que ellos te llevaran... primero habían dicho mi nombre como las otras veces, pero tu les pediste ir. Si yo hubiera ido... ¿Mi cuerpo tendría agüita roja también?-

-Claro que no- Negó velozmente la idea Aaron. El pequeño no podría siquiera imaginarse que Lucas hubiera pasado por lo que a él le hicieron.

Con un poco de dolor, Aaron abrió sus brazos. Rápidamente, Lucas abrazó al pelinegro.

-Extraño a mami- Murmuró el castaño sintiendo como pequeñas lágrimas bajaban por sus mejillas.

-La verás de nuevo- Aseguró Aaron.

-Lo sé. Mami jamás me abandonaría-

Unas voces fuera de la habitación alertaron ambos niños.

-Regresaron- Susurró Lucas respirando rápidamente.

Ambos se encontraban aterrados. Cada vez que los hombres vestidos de negro se hacían presentes, llamaban a uno de los pequeños, aunque no importaba a cual de ellos fuese, Aaron siempre era el que los acompañaba.

-¿Ya hablarás?- Cuestionó uno de los hombres, ingresando a la habitación.

-Lo haré- Asintió Aaron pausadamente- Vete a la mierda- Sonrió de lado, observandolos.

-No lo hagas- Habló otro de los hombres al suponer lo que su compañero haría- No va a aguantar- Bufó rodando los ojos.

-Escucha niño, tan solo tienes que decirmos en dónde se encuentra _______ _______- Intentó razonar otro de los hombres- Cuando nos lo digas y la atrapemos, tú y el otro mocoso serán liberados-

Tristemente esa era una vil mentira y Aaron lo sabía. Los había escuchado hablar antes y era consciente de que los matarían a ambos en cuanto tuviesen información de la chica.

-¿Qué parte de "no sé quién mierda es esa ella" no han entendido?- Gruñó harto de la situación.

-¿Por qué quieren saber dónde está mami?- Inquirió Lucas confundido.

Esa sola pregunta provocó un sin fin de sensaciones. Unas mejores que otras, claro está.

-Toma al niño- Sonrió el hombre frente a Aaron.

-No, no, no. Llevenme a mi, por favor- Pidió el pelinegro intentando aferrarse al castaño.

-Tú no nos sirves-

-No lo lastimen- Rogó abrazandolo mas fuertemente a su cuerpo.

-No lo haremos, siempre y cuándo responda nuestras preguntas- Contestó otro de los hombres.

Solo bastó un golpe dirigido a la cabeza del pelinegro, para que soltara al pequeño en sus brazos.

El cuerpo de Aaron se deslizó hacía un lado, cayendo nuevamente al suelo.

Una diferente hija de Hypnos (Nico di Angelo y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora