Aiden

diez

Pensé que después de aquella noche, las cosas cambiarían. Pensé que darte lo más preciado que tenía, te haría cambiar tu comportamiento. 

Sabía que tenías problemas en casa, pero nunca entendí porque te desahogabas conmigo. Intentaba relajarte, pero tú tan solo descargabas toda la furia hacía mi. 

Cuando llegó la boda de mi tía, estuve todo el tiempo nerviosa. Temía que te enfadaras por cualquier cosa y que comenzaras a gritarme delante de la gente como un desquiciado. Para que eso no ocurriera, me mantuve junto a tí todo el tiempo.

El problema vino cuando tú te levantaste para coger bebida. Un chico se acercó a ofrecerme comida de un pequeño plato que preparaban en la boda, y yo tan solo le sonreí y cogí un pequeño trozo de lo que había en el. Ni siquiera pensaste en que estábamos junto a mi familia. No te importó humillarme. Cogiste a el chico de la camiseta y le propinaste un puñetazo. Todos miraron la escena con horror, y yo comencé a llorar por tu comportamiento y la vergüenza que sentía en ese preciso instante.

Hiciste que me alejara de mi familia, Aiden.