Una vez en tu casa, me adentraste a el salón a empujones. Te quitaste la chaqueta de cuero y te pasaste la mano por el pelo. Yo mordía mi labio para no sollozar con fuerza, pero tu grito no ayudó mucho.
La cabeza estaba echa un lío, y ni siquiera podía preguntarte que era lo que te molestaba.
-Lo hago por tu bien, ¿no lo entiendes? -dijiste- no puedes irte sin avisar. ¿Que hago yo si te pasa algo? Me moriría, nena
Entonces me sentí culpable. Lo que decías tenía sentido, ¿no? Estabas preocupado, y por eso te habías molestado.
No lo volvería hacer, y así no volverías a pegarme
Pero cualquier cosa que hiciera era una razón para hacerlo...
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Aiden
Short StoryEra un chico malo, tan malo que no ocultaba nada bueno dentro de él. Ella era una chica que no temía a nada ni a nadie, hasta que llegó Aiden... Antes de leer: ¡Esto no es amor!