Me diste un beso y te alejaste de casa.
Todo el tiempo sentía un nudo en la garganta, y no era capaz de hablar por si rompía a llorar.
Saqué las llaves de casa y abrí. En el salón tan solo estaba mi madre, así que le saludé con un simple "hola" y caminé hasta mi habitación.
Cerré la puerta y suspiré agotada. Estabas acabando conmigo.
Me acerqué a la cama, y cuando dejé la mochila tocaron a la puerta de una manera suave.
Segundos después mi madre entró a mi cuarto, y me miraba desde la puerta, con una sonrisa triste.
-Tenemos que hablar, cariño.
Bajé la mirada sin saber que decir.
Me senté en la cama, y mi madre caminó y se sentó junto a mi.
-Puedes contarme lo que sea. ¿Lo sabes, no?
Ladeé la cabeza hacia una lado mordiendome un labio. No quería que me viese así. Tan rota.
-Espera, ¿Qué es esto? -susurró tocando mi brazo.
Me levanté sorprendida. ¿Qué se suponía que debía decirle?
-No es nada. Me empujaron accidentalmente y choqué con una taquilla.
No parecía convencida. Yo tampoco lo estaría.
-Cariño, por favor -caminó hasta mi- dime qué es eso del brazo...
-¡No es nada, joder! -grité- Déjame sola. ¡Quiero estar sola!
No sabía porqué había reaccionado de aquella manera tan brusca, ya que yo no era así. Nunca le había levantado la voz a mi madre. No porque ella me intímidara, tan solo porque era mi madre y tenía respeto y admiración hacia ella. No lo merecía.
Me miró con los ojos abiertos.
Salió sin decir nada y cerró la puerta.
Joder.
No pude evitarlo y comencé a llorar.
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Aiden
Short StoryEra un chico malo, tan malo que no ocultaba nada bueno dentro de él. Ella era una chica que no temía a nada ni a nadie, hasta que llegó Aiden... Antes de leer: ¡Esto no es amor!