treinta y uno

1.5K 95 6
                                    

Recuerdo que después de aquella terrible noche que pasé, sin poder dormir y pensando en ti, saqué fuerzas de donde no las tenía y fui al instituto.

Como no, estabas allí, pero no estabas solo.

Una chica de pelo rubio hasta las caderas te acompañaba. Y vaya si te gustaba su compañía. 

La cogías de la cadera y susurrabas cosas a su oído. Ella reía y tú desviabas la vista hasta el pasillo. Tu mirada se encontró con la mía, y entonces hiciste que se me rompiera el corazón.

Me sonreíste maliciosamente y cogiste el rostro de la chica con tus delgados dedos, para acto seguido estampar tus dulces labios con los de ella. 

Me quedé quieta, porque aunque ya no eramos nada y te había dejado yo, eso dolía mas que cualquier otra cosa. 

Tan solo podía verte a tí y a ella allí, apoyados en mi taquilla mientras os besabais. Sentí nauseas al ver como tocabas su cuerpo y tu lengua buscaba la de ella. 

Mis ojos se aguaron y salí corriendo, y me di cuenta de que no debí de levantarme aquella mañana. 

AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora