Cap.2

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-Voy yo.-Dije sólo oír el llanto de Cristal desde mi habitación. Me levanté de la cama pero un gruñido y el movimiento repentino de Kendall me hizo retroceder. Me había cogido para que no me fuera.

-No, voy yo.-Murmuró mientras hacía todas las fuerzas necesarias para levantarse del cojín. Eran las tres de la madrugada y la pequeña estaba llorando.

-Has ido las dos anteriores veces, ahora me toca a mí.-Le dije seriamente.- Mañana tienes que ir a trabajar, no puedes faltar otra vez. Si vas con ojeras, te preguntarán que ha pasado.-Pero ignoró mi frase y comenzó a caminar por los pasillos. Curiosa, lo seguí. Llegó a la habitación de la niña y se acercó a ella silenciosamente, yo me escondí detrás de la pared. Era raro espiar a mi marido con mi hija recién nacida, ¿No?

-Shhh, shh, ya llegó papá.-La calmó mientras la cogía con suma delicadeza en sus brazos.- ¿Por qué lloras, mi princesita? Todo está bien. Papá está aquí.-Besó la mejilla de la nena.- ¿Tienes hambre? ¿Es eso?-Preguntó ahora intentando ponerle su chupete, pero lo rechazó. Dio un suspiro y tragó saliva.- ¿No tendrás el pañal sucio... verdad?-Preguntó ahora aterrorizado. La niña lo miró atentamente.- Oh, pequeña, ¿Tienes miedo? ¿Es eso?-A veces Kendall era idiota. ¿Cómo iba a tener miedo de cosas que no sabía?- Bueno, pues por si acaso, te llevaré a la cama de papi y mami.-Afirmó de nuevo besando su mejilla. Corrí silenciosamente y me tiré a la cama sólo llegar, para no realzar sospechas.

-¿La has traído aquí?-Pregunté fingiendo que no sabía nada. Rió.

-Qué buena actriz eres, (Tn)_____.-Negó con la cabeza.- Te acabo de ver corriendo hacia nuestra habitación.-Me sonrojé y volvió a reír.- Y sí, la traje aquí. Tiene miedo.

-¿Pero cómo va a tener miedo? Es sólo un bebé recién nacido. No sabe nada. Sólo se identifica con los olores.-Kendall miró a su hija.-Tal vez sólo tenga hambre. O sed.-Dije ahora sacando un biberón de una bolsa que tenía preparada y vertí agua en el. Cogí a la niña en brazos y ella comenzó a beber agua, sí, era eso. Tenía sed.

-Bueno, ya está.-Murmuró.- ¿Qué hacemos ahora?

-Dejar a Cristal en su habitación y dormir. Mañana vas a trabajar, recuérdalo.-Suspiró.

-¿No podemos dormir con ella?

-Sólo tiene unas trece horas de vida.-Negué con la cabeza.- Si giráramos sin darnos cuenta, podríamos aplastarla. Es... Tan indefensa.-Besé su mejilla.

-Bueno, está bien.-Murmuró.- La dejaré en su habitación. 

Como dijo, la dejó en su habitación y al cabo de unos segundos, ya estaba de nuevo en la nuestra. Apagó la luz y bostezó, para después reposarse en la gran cama matrimonial y cubrirse con las cálidas sábanas, para no pasar frío. Se giró hacia mí y me abrazó.

...

Desperté sin Kendall a mi lado. Ya eran las nueve. Los niños seguían durmiendo, en sus habitaciones... Oh, mierda. ¿Por qué me desobedecía a todo? Me giré y vi a mi hija Cristal, la cual dormía entre dos cojines, para no tener posibilidades de caerse. ¿Por qué hacía esto? 

Negué con la cabeza y cogí a la nena en brazos para llevarla a su cuna. Allí estaría más cómoda, y se acostumbraría a tener su propia cama. En este caso, mini-cama.  Su habitación era verde, a comparación de las otras niñas, la más neutro.

Como no sabíamos si iba a nacer chico o chica, decidimos pintarla de colores neutros, para que se adaptara al sexo en que naciera. Y la verdad, no me parecía nada masculina para Cristal. Era toda verde con algunos adornos naranjas y blancos. Su cuna era blanca de madera y había peluches repartidos por toda la habitación. La verdad, es que era una auténtica habitación de bebé. Hermosa.

Decidí bajar a la cocina a hacerme el desayuno. Esperaría a los niños para hacerles el suyo, y prepararía un biberón para Cristal. Sinceramente, no me gustaba dar de pecho constantemente. Me dolía y me daba una sensación rara. Por eso compramos biberones. Porque Kendall también lo sabía, y eso es lo mismo que pasó con Daniel.

Kendall. Dios, Kendall. Mi marido desobececiente, que ama demasiado a sus hijos, que guarda armas en su mesita de noche y que deja su móvil cargando en el coche. Sinceramente, tengo una rara familia, ¿No?

Criminal con Sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora