Cap.15

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Lo escuché bajar las escaleras y suspiré. Se había sacado la camisa por la sudor, e iba con el pecho al descubierto. Vaya, nunca me cansaré de ver esos abdominales. Tenía algunos moratones en los costados, pero él no les daba importancia. Me estremecí al ver que no bajaba con nada. Eso significa que no había encontrado medicinas. 

-No he encontrado medicinas.-Dijo confirmando mis dudas.- Tendré que buscar lo que me enseñó Carlos cuando a James se le infectó una herida. No puedo dejarte así.-Me miró con dulzura.- Se te podría infectar y acabarías muy mal.

Caminó hacia la cocina y volvió con un cubo de agua caliente. Vertió sal dentro y lo miré confusa. Me sonrió levemente y me miró esperando una respuesta. Tragué saliva sin entender lo que estaba haciendo.

-No te preocupes.-Murmuró.- Te va a escocer un poco, pero cariño, yo estoy aquí.

-Lo sé.-Le contesté consciente de eso.

Suspiró y envolvió sus dedos alrededor de mis muñecas. Tiró de ellas sin hacer fuerza y las hundió en el cubo. Hice una mueca de dolor al ver que los cristales poco a poco se desprendían de mi piel y el agua se teñía de rosa. Aunque después de desinfectarlas, me sentía mucho mejor. Y era más consciente de la presencia de mi esposo. Él curándome, cuando en realidad, estaba sufriendo más que yo.

-Ya está.-Dijo sacándolas del cubo y llevándoselo de nuevo a la cocina. La noche caía sobre la casa y mis miedos iban en aumento. Miré mis manos animada, de ver las heridas tan limpias.

Volvió con las manos en los bolsillos y sonreí.

-Será mejor que volvamos a casa.

-Kendall.-Lo llamé y me miró a los ojos.- Gracias.-Susurré.

Sonrió él también y se acercó a mí con un gran abrazo. Posó sus manos en mi espalda y yo las mías en su nuca. Me acerqué a él y lo besé. Cuánto extrañaba sus labios. Sus dulces labios que se acoplaban a la perfección con los míos, y que siempre me hacían sentir especial. Cuando me separé nos quedamos mirándonos. Era muy romántico.

-Te extraño.-Susurré.

-Me tienes aquí, hermosa.

-Lo sé.-Reí.- Me refiero a que te extraño de verdad, hacía días que no nos besábamos y hace nueve meses que no tenemos sexo.-Rió él.- Te extraño.-Repetí.

-Volveremos a casa y me tendrás para ti todo lo que quieras.-Dijo con suavidad. Acarició mi rostro y volvió a besar mis labios cortamente para luego abrazarme y hundir su cabeza en mi cabello.

-No.-Me negué con un suspiro.- Tienes que conocer a tu padre.

-Mi padre puede esperar.-Suspiró.- No puedo meteros en peligro nuevamente, ya has visto lo que ha pasado... Hemos estado al borde de la muerte. En realidad, siempre estamos al borde de la muerte. 

-Por eso tienes que aprovechar y conocer a tu padre ahora. Si no lo haces, no podremos volver. 

-No puedo ser tan irresponsable, (Tn)_____... Aunque sólo tenga veintitrés años y los chicos de mi edad estén todos los días borrachos en las fiestas, yo soy padre y tengo una grande familia a la que proteger. No puedo... No puedo.

-Kendall...-Alargué.

-Es que en serio que me preocupo por vosotros, sóis mi diamante, mi tesoro más preciado. Si alguien os pone la mano encima, yo hago lo imposible por vengaros. Además, mis niños son tan inocentes... Son frágiles. Todos. Los cuatro. Son auténticas piezas de colección, y no puedo perder ninguna. Compréndeme.

-Tu padre también podría pensar así de ti, ¿No crees? Él está deseando conocerte, todo padre debe conocer a su hijo. Sería muy injusto que él no te conociera, ¿Te gustaría a ti no conocer a alguno de tus hijos? Y peor ahora, que has estado investigando y lo tienes en frente de tus narices. Aprovéchalo.

-Pero...-Dijo eso y se quedó en el aire. No continuó.

-Vamos, cariño. Házlo por tus hijos. Ellos también tienen abuelo.

-¿Y si no le gusto?-Preguntó alzando la mirada y sus ojos se cristalizaron. Parecía un niño pequeño que necesitaba los ánimos de su mamá. Y nunca tuvo eso. Kendall tuvo una infancia difícil, y aquí estaba yo haciendo que su joventud fuera mejor.

-Claro que le gustarás.-Besé su mejilla.- Gustas a todo el mundo.-Me levanté de la silla y removí su cabello desordenándolo todo. Lo miré con diversión.- ¿A quién no le va a agradar esos ojos verdes y ese pelo rubio? 

-A ti.-Bromeó. Lo levanté tirándole del brazo e hice una mueca al sentir dolor en las manos, pero no me importó. Besé sus labios y le acaricié su pecho, tirando levemente de su vello casi transparente.

-Sabes que no es cierto.

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¡Heeey! Bueno, quería pediros que os pasárais por mis otras novelas, ya que también me estoy esforzando y no tienen popularidad. Son "Warm Winter" y "El color del amor". Me gustaría que les echárais un vistazo. Las dos tienen que ver con Kendall :3

Criminal con Sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora