Un rayo de luz que se coló en mi habitación me hizo despertarme. Abrí un ojo con pereza y vi a Kendall con los ojos muy abiertos delante de mí. Bufé y lo ignoré, sabiendo que no era la luz lo que me había despertado, si no, sus estúpidas caricias. Ahora no tenía ganas de mimos, tan sólo de dormir.
-Linda... Despierta.
-Cállate, Kendall, ¿Qué hora es?-Susurré medio dormida y metiéndome entre las sábanas de nuevo. Seguro que aún era pronto porque no se había ido a trabajar.
-Tenemos que preparar el cumpleaños de Helen. ¿O quieres que los cinco años que cumple se queden en el olvido?-Lo escuché decir. Poco a poco, su dulce voz fue cayendo más profundo, hasta que ya no oí nada. Me había vuelto a dormir.
Desperté de nuevo por unos besos que se esparcían en mi mejilla, pero en vez de corresponderlos, me puse más de mala leche. Joder, ¿Qué no podía dejarme en paz?
-Vete a la mierda, Kendall, déjame dormir.-Dije con enfado. Oí que soltaba una carcajada y le pegué un codazo para hacerlo callar. Sin embargo, continuó molestándome.- ¿Me puedes decir qué hora es de una maldita vez o no?
-Son las cinco de la mañana.-Murmuró contra mis labios.
-¡Las cinco de la mañana!-Exclamé sorprendida. Me puse boca abajo en la cama y lo aparté de un manotazo, era demasiado temprano.
-Tenemos muchas cosas que preparar antes de que se despierte.
-Tú tienes que ir a trabajar... Y...-Bostecé. Nuevamente, me estaba durmiendo.-Y... Quiero... Quiero...
-Quieres dormir, lo sé.-Dijo de un suspiro. Sentí que se dejaba caer en su lado de la cama y luego se alborotó el pelo.- Pero hoy no voy a dejar que mi hija se pase el día de su cumpleaños en el jardín de infancia, y no voy a perdérmelo iendo a trabajar. Pretendía hacer una fiesta con alguno de sus amigos, o no sé... Pero ya veo que tú no quieres.
-Kendall...-Gemí con malagana.
-No, está bien. Duerme. Sé que eso te importa más que el cumpleaños número cinco de tu hija.
Me levanté de la cama y me froté los ojos, mirándolo con enfado. Sabía su técnica, él quería hacerme creer que yo era la mala aquí para conseguir sus propósitos. ¡Maldito imbécil!
-Te odio, ¿Lo sabes?-Dije haciéndolo reír de nuevo.- Sólo haces esto para conseguir lo que quieres, ¡Son las cinco de la madrugada!
-Pero tenemos que hacer una tarta.
-No pienso ponerme a hacer una tarta a estas horas. Quiero dormir.
-¿Sabes lo que quiero yo?
-Pues no, ni quiero saberlo.-Me tumbé de nuevo en la cama. Sentí sus brazos atraparme por detrás y me llevó en brazos a no sé dónde.- Kendall, bájame. Quiero seguir durmiendo.
-Pero no vas a poder hacer una tarta con pijama, y mucho menos sin duchar. Anda.
-¿D-Duchar?-Pregunté asustada.- ¡Oh, mierda!-Grité al ver a dónde se dirigía.
-Mierda no se dice, mamá.-Dijo imitando una aguda voz, imitando a Helen. Pataleé contra él para que me soltara, no quería hacer lo que él quería hacer. Tarde.
Me había depositado dentro de la ducha, abriendo la regadera y mojándome con agua fría a las cinco de la mañana. ¡Por Dios! ¿Esto era normal? Grité de la impresión y escuché su risa, al parecer hoy estaba muy bromista. Lo cogí de la camisa y lo empujé dentro de la ducha también, así que ahora estábamos los dos igual de mojados. Me miró con mala cara.
-¿Era esto lo que querías hacer?-Le pregunté con enfado.
-¡No, definitivamente esto no!
-Pues a la próxima ya lo sabes. Con (Tn)______ Henderson no se...
-(Tn)______ Schmidt.-Me corrigió con una ceja levantada. Resoplé y rodé los ojos.
-Con (Tn)_______ Schmidt/Henderson no se mete nadie.-Bromeé.
Nos quedamos mirándonos unos instantes a los ojos, lo que me recordó cuando éramos novios, hace ya casi cinco años. Estaba tan enamorada de él... Mi padre nunca estuvo de acuerdo, pero supongo que me salté las reglas. Valió la pena.
En estos instantes, perdida en sus ojos esmeralda, me di cuenta, de que por muchos años que pasaran, aún cuando los niños se hubieran marchado de casa y fuéramos unos viejitos, seguiría estando enamorada de Kendall. No sé qué hace para que la chispa no se apague nunca. Pero sinceramente, estoy muy agradecida.
-Kendall...-Susurré. Sacudió su cabeza como saliendo de un trance, quitando los mechones rubios de su cabello de sus ojos. Sonreí y con mi mano, se los aparté con cuidado de la cara.- ¿En serio nuestra niña ya cumple cinco años?
-Sí, así es. El tiempo pasa volando.-Suspiró.- Por eso tenemos que hacerle una fiesta. No voy a dejar que Helen pase sus cinco años en la escuela y sola.
-No estaría sola, tiene a sus amigos.
-Pero yo quiero tenerla hoy... Para mí.-Murmuró con la cabeza agachada.- Es mi hija.
-Lo sé.-Dije acercándome a sus labios. Los besé cortamente y luego apagué la regadera.- Vamos a ponernos ropa seca, ¿Vale?-Pregunté sin esperar su respuesta. Salí de la ducha pero nuevamente, sus brazos me atraparon y me volvieron a meter dentro.
-¿Sabes que no me he mojado entero para que ahora tú te vayas a cambiar, no?
-Pervertido.-Murmuré.
-Duchémonos. Juntos.
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Criminal con Sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS3
FanficUna nueva temporada donde ambos tendrán que superar sus retos, uniéndose y amándose como siempre lo han hecho. Con la llegada del nuevo bebé, las cosas se complicarán... Pero ahora más que nunca, sabrán que tener una familia que cuidar, no es tan fá...