Capítulo 4

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3 de marzo. Primer concierto de la gira en el Palau Sant Jordi.

Durante este mes nos han pasado cosas increíbles. Yo he estado de entrevista en entrevista, de ciudad en ciudad... ha sido todo muy complicado pero muy bonito.

Con Luis, hace 2 días decidimos darnos un tiempo. Era difícil no poder actuar como novios en público, pero es porque yo prefería llevarlo "en secreto". El día 1 de marzo hablamos y decidimos que lo mejor sería distanciarnos en todos los sentidos, tanto públicamente como en privado.

Pero los dos sabíamos que iba a durar poco.

Estábamos ya en el Palau, nos tenían que maquillar, peinar y vestir. A mí me rizaron el pelo y me vistieron con un precioso vestido transparente con un top debajo.

–Estás preciosa –me dijo Luis mientras me contemplaba.
–Tú tampoco estás nada mal Luis –respondí, con una sonrisa. Él simplemente me miraba. Me encantaba esa mirada.
Notaba que le encantaba lo que veía en mí y nunca me había sentido así. Con él empecé a quererme tal y como soy, a dejar de fingir ser alguien que no era, me daba seguridad y me decía las cosas tal y como eran. Eso era lo que me gustaba de él, que podía ser yo misma sin que me juzgara. Y siempre me iba a ayudar.

Se acercó a darme un abrazo y salió de aquel camerino. Menos mal que íbamos a distanciarnos.

Menuda noche nos esperaba.

Mientras, seguí ahí, viendo como arreglaban a mis compañeros. Estaban todos realmente guapos.

Era emocionante saber todo lo que íbamos a vivir. Cantar aquí siempre fue mi sueño, y ahora estoy rodeada de 15 personas más con los mismos sueños y las mismas metas que yo. E íbamos a cumplirlos juntos.

Meses de conciertos en toda España, de videoclips, canciones, composiciones... y mil cosas más. Era increíble hasta donde había llegado.

Hace unos años yo simplemente subía algún vídeo a instagram o youtube, y ahora voy a cantar en el Palau con 17.000 personas.

Los sueños, sí se cumplen.

...

–Voy a cantar una canción con una persona muy especial, muy importante para mí –solo podía oir los gritos–bueno, Luis.

Y entró. Todo dentro de mí se paralizó. Sentía un zoo en mi estómago.

Iba con una sonrisa que iluminaba aquel escenario. Estaba guapísimo.

La música empezó. Hacía tiempo que no cantábamos nuestra canción en serio.

Y el tiempo pasó demasiado rápido mientras cantábamos. Fue un abrir y cerrar los ojos. Pero otra vez le había confesado lo que aquella canción decía. No puedo vivir sin Luis.

Nos fundimos en un abrazo que podría haber sido eterno. Ahí me sentía bien, en sus brazos. Era como estar en casa.

Salí disparada para ver a Luis mientras cantaba "Say you won't let go". Cada día era mejor como lo hacía.

Ahí estuve embobada hasta que terminó y salí corriendo al camerino.

–¡Aitana! ¡Espera! –gritó Cepeda. Llegó hasta mí– ¿podemos hablar?
–Luis... ahora no –dije.
–Aitana yo no puedo estar lejos de ti. Me es imposible.
–Es lo mejor para los dos –me estaba mirando muy intensamente–, pero tenemos que hacerlo en serio.
–¿En serio? Será lo mejor para ti Aitana, yo no puedo. ¡No puedo joder! –estaba muy nervioso. Yo comencé a llorar.
–Luis hace unos minutos estábamos ahí cantando, genial, ¿y ahora esto? Pues sí, será lo mejor para mí. Yo sí puedo hacer como si no fuéramos nada –¡dios! No sé qué había dicho.
–Eres tú la que quiere llevarlo en secreto pero yo ni quiero ni puedo –dijo. Y sí, era verdad. Era yo.
Toda aquella conversación me desconcertó.

Me fui corriendo a otro lugar. ¿Qué cojones era esto?

Tenía una impotencia increíble y las lágrimas aumentaron. No podía más, de verdad.

Siento mi comportamiento Aitana. No volverá a pasar, pero yo no puedo seguir así. Te seguiré preguntando qué tal estás, llevaré una relación buena y todo estará bien. Y si cambias de opinión, aquí estaré esperándote. Te quiero muchísimo.

Recibí ese mensaje de Luis. Joder, tenía mucho que pensar.

Apareció Ana y simplemente me abrazó. Ya sabía todo.

–Cariño, sé que es difícil. Pero ¿sabes por qué? –la miré, esperando la respuesta–, porque es verdadero. Es amor real.
–Ana es que no sé qué hacer... debo renunciar a él o a una "intimidad" que a penas tengo. Renunciar a mí –dije.
–¿Qué merece más la pena?

Ahí estaba la cosa. ¿Pienso en mí o en él? Nunca he sido egoísta pero dicen que a veces no está de más. Era perder a Luis o perderme a mí.

* * *

¡Buenas! Aquí traigo otro capítulo, un poco más corto. No olvidéis votar.

¿Queréis maratón mañana? ¡Dejadme en los comentarios la respuesta!

Las cosas se ponen difíciles. Siento haber hecho un paso tan rápido del tiempo pero no había mucho que hacer, así que ahora que hay conciertos y tal todo será diferente. ¿Que creéis que pasará? ¿Podrán distanciarse?

Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.

Almas gemelas | AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora