Capítulo 15

2.1K 68 33
                                    

Bueno primero que todo, ¡es mi cumple! Espero que os guste el capítulo, me hace mucha ilusión colgar algo un día tan especial para mí. Disfrutad y nos vemos al final.

-

El tiempo pasa. 2 semanas desde que Luis y yo lo dejamos. 2 semanas llenas de fotógrafos a nuestro alrededor, de preguntas... y de muchas lágrimas y tristeza.

Sigo igual de jodida o más que ese día. Mis ojos ya no brillan igual, estoy apagada. Lo sé. Lo saben. Lo sabe.
Al cantar, la magia que creábamos se ha esmufado, como todos los recuerdos juntos. Todo está roto. Roto y vacío.

Seguimos hablando y cada día hay un "¿qué tal?". Le sigo queriendo, y él a mí supongo que también.
Luis, podía reír frente a todos y llorar a solas, podía decir que estaba bien mientras estaba destrozado. Pero, lo que no podía era mentir con su mirada triste y vacía, pero quizá solo yo la vea.

Cada vez que nos cruzamos, ambos bajamos la cabeza pero a veces nos sonreímos. No todo ha sido malo con él.
Cada vez que le veo, a mi cabeza se vienen todos los besos, todas las noches juntos, las risas... pero también recuerdo el beso. Ese beso que hizo que todo se rompiera.

Ninguno de los dos hemos hablado públicamente, simplemente lo hemos dejado pasar para olvidarlo rápidamente aunque para la gente no ha pasado desapercibido.

Me sumergo en la canción que retumba en mis oídos mientras vamos rumbo a Málaga en el autobús.

Desde el último concierto que fue en el que pasó todo esto, nos hemos visto más bien poco. Aún no sé cómo reaccionar si viene a mí porque nuestro contacto ha sido muy escaso.

–¿Puedo? –hace un gesto indicando que se quiere sentar a mi lado.

–Claro –asiento mientras quito mis cosas del hueco libre.

Nos pasamos todo el viaje en silencio, mirando a cualquier parte pero evitando la mirada del otro.
Se me hace duro ver como ahora no podemos ni siquiera mirarnos cuando antes lo que no quería dejar de hacer era mirarle. Pero, algo no ha cambiado. Sigo descubriendo detalles cada vez que le observo.

Su barba parece que lleva años sin ser cuidada, las ojeras le llegan casi a las mejillas y sus labios se aprietan entre sí aparentando seriedad. El pelo ni siquiera está bien peinado, y su ropa sigue igual de apagada que él.

Joder, esto duele, y mucho.

–¿Qué tal? –pregunto.

–Mejor que ayer y peor que mañana –dice mirando al frente–, ¿tú?

–Bien –contesto a secas–. Me cuesta dormir.

Él asiente queriendo decir que me comprende y en ese momento no sé quién de los dos está peor. Cada vez duele más vernos así.

Los ensayos pasan rápidos, incluso nuestra canción. No creamos una burbuja como antes, pero sigue habiendo un poco de chispa entre nosotos. Seguimos contándonos la canción, como si de nuestra historia se tratase.

Intento estar lo más animada posible, olvidando todos mis problemas, pero estar a su lado es muy difícil. Siento la necesidad de querer estar con él cada segundo que paso cerca suyo.

Noemí se acerca a mí, y me acaricia el pelo. Yo ahogo un suspiro.

–Cariño, no sé qué ha pasado, pero todo tiene solución. Sé que ahora mismo el mundo se te cae encima, que pensabas que nunca te haría daño, pero a veces la vida nos enseña a base de palos. Quizá no estáis destinados a estar sino a ser, pero intenta disfrutar todo lo que puedas antes de que se vaya. Si no lo haces, te arrepentirás mucho más.

¿Se va a ir? ¿Me va a dejar sola?

...

La hora se acerca y en las redes sólo veo fotos de toda la gente que está al venir. Casi 11.000 personas llenarán el Auditorio Municipal Cortijo de Torres.
Esto es una pasada.

Me dirijo a los baños centrada en ir rápido y en no caerme con los tacones que llevo. Allí, oigo a Ana y a Luis hablar.

–¿No se lo vas a decir? –pregunta la canaria.

–Es difícil. Pero me queda poco tiempo aquí y me encantaría pasarlo con ella Ana –responde Luis. No entiendo nada.

–¡Pues corre y díselo a ella en vez de a mí, idiota! Cepeda, si no se lo dices –se para– será mucho peor para los dos. No pierdas el tiempo.

Decido no escuchar más y meterme al baño. Pero, necesito hablar con él cuanto antes.

El concierto empieza y todos salimos muy animados. Sin duda, empiezo muy bien. Sólo me centro en disfrutar y también intento que las personas que han venido a vernos disfruten.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera.
No puedo estar sin ti,
no hay manera.

Y nuestras manos están entrelazadas de nuevo, con fuerza y magia. Ha sido increíble. Como si nada hubiese pasado.

–¿Te puedo abrazar?

–Eso no se pregunta –responde él y me acerca bruscamente a su pecho. Le abrazo con fuerza, como si fuese la última vez. Espero que no lo sea.

–Te quiero muchísimo –digo al separarnos, y salgo del escenario abrumada.

Mis compañeros dentro ríen y cantan, yo estoy apunto de llorar.
Amaia se acerca a mí a abrazarme y en mi oído susurra "lo siento". Contengo las lágrimas y decido ponerme a bailar y a disfrutar con mis compañeros.

Cepeda entra y seguimos pasándolo biem, incluso al final del concierto nos damos algún abrazo.

Cuando llegamos al hotel, me pide que suba a su habitación con él y yo lo hago.

Al llegar, me siento en la cama mientras le veo dar vueltas en la habitación.

Estoy nerviosa.

–Me voy –suelta de repente.

–¿Cómo que te vas?

–Sí Aitana. Me voy a vivir a Liverpool, no sé cuánto tiempo. En un mes estaré haciendo la mudanza... no sabía cómo decírtelo. Sólo te pido que durante este mes, aprovechemos el tiempo. No sé si volveré, no sé qué me deparará allí el futuro... pero te necesito.

–Luis... ¿pero por qué? No me dejes aquí por favor, yo también te necesito.

Me explica que se lo ofrecieron hace una semana y tras darle muchas vueltas decidió que quizá era lo mejor para su carrera. Durante el mes irá preparando las cosas y se mudará a Liverpool.

Las lágrimas me inundan y él me abraza muy fuerte. Yo no puedo dejar que se vaya, pero tampoco puedo perdonarle lo que ha hecho.

Estoy entre la espada y la pared.

Le digo que necesito al menos un día para poder pensar todo, ha sido demasiado rápido.

–Está bien. Pero, sigue recordando que te quiero –aclara entre lágrimas. Yo sonrío y nos fundimos en otro abrazo.

Ojalá fuera eterno.

* * *

¡Buenos días! Pues sí, es mi cumple. Y también os informo que a la historia le quedan 5 o 6 capítulos.

Quizá haga una segunda parte. U otra novela. Pero bueno, disfrutad y mil gracias!

Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.

Almas gemelas | AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora