Capítulo 18

1.9K 70 5
                                    

Los días de relax se han acabado y retomamos la gira después de 2 semanas.

Cada vez falta menos para que Luis se marche y a mí me quedan menos ganas de que lo haga. Tengo claro que le necesito.
Hemos dormido varias noches juntos pero no ha pasado nada. Del beso se habla más bien poco porque seguimos prácticamente igual que antes, pero sin acercamientos.

Hoy toca concierto en A Coruña y Luis piensa presentarme a sus familiares, aunque les he visto alguna vez, pero nada serio ni formal.

A mi lado va Amaia en el avión sumergida en sus pensamientos. No está bien con Alfred.

–¿Qué te pasa? –pregunto acomodándome en el asiento. Ella se gira y su cara triste es contagiosa.

–Alfred y yo... no hacemos nada más que discutir –dice, pausándose–. Normalmente por tonterías pero terminamos echándonos en cara errores del otro y no sé qué hacer.

Vaya. Opino que si eso ocurre deberían hablarlo para solucionarlo cuanto antes o sino acabar con la relación. Aunque supongo que es normal, además tienen la presión de ir a Eurovisión, de que salga mal y pasan demasiado tiempo juntos.
Le cuento mi opinión y damos el tema por zanjado para hablar de otras tonterías varias.

Al llegar a Galicia el frío invade mi cuerpo, lo que hace que suba la cremallera de mi abrigo rojo hasta arriba. Luis, a mi lado, me sonríe mientras me pasa un brazo por los hombros.

Llegamos al aeropuerto en busca de nuestras maletas y encontramos a varias personas esperándonos. Yo, a pesar de encontrarme fatal, decido acercarme y sacarme alguna foto con ellos.

Él sale con nuestra maleta de camino al hotel y yo cuelgo su mochila en mi espalda.

–¿Te gusta Galicia? –pregunta una vez metidos en el taxi.

–Luis, sólo he visto una pista de aterrizaje y el aeropuerto –respondo seca–. Perdón, he sonado demasiado borde. Me encuentro muy mal.

En cuanto llegamos al hotel, me acompaña hasta mi habitación y me pregunta constantemente si me encuentro peor o mejor.
Agradezco el gesto de preocupación pero intento restarle importancia.

Él pone una peli y termino profundamente dormida en su pecho, cosa que no es para nada desagradable.

Al despertar, no está ni a mi lado ni en la habitación. Me coloco el flequillo antes de leer sus mensajes.

Estoy en mi habitación porque te quedaste dormida y no quería despertarte.

¿Estás mejor?

Te quiero. Cuando despiertes me dices qué tal estás.

Sonrío como una idiota al móvil mientras me desperezo. No tardo en contestar y mientras Ana entra al cuarto.

–¿Qué tal amor? –pregunta una vez dentro–, me dijo Cepeda que te encontrabas mal.

–Bien, he dormido y estoy mejor. ¿Qué vas a hacer ahora?

Ella me explica que quedan 2 horas hasta el ensayo y que mientras irá a hacer turismo con Roi, Raoul, Mimi y Miriam. Yo decido no apuntarme al plan para descansar más y poder estar mejor, ella parece aceptar mi decisión.

Me vuelvo a dormir pero no por mucho tiempo, así que cuando me levanto opto por vestirme rápidamente e ir a la habitación de Luis.
Cuando llego, le encuentro bocabajo en la cama entre sollozos. Me acerco a él y le acaricio la espalda, en momentos así es mejor dejarle su espacio.

–¿Qué pasa? –pregunto con preocupación. Él no parece calmarse–. Tranquilo Luis, estoy aquí.

–Aitana –su voz suena rota–, mi abuela ha fallecido.

Sus palabras impactan en mi cabeza y en mi pecho. No sé qué decirle porque a mí nunca me ha pasado algo así, decido abrazarle y tumbarme junto a él para que se relaje un poco.

Me cuenta que estaba enferma de leucemia pero últimamente parecía encontrarse mejor, hasta que ayer la ingresaron en el hospital.

Yo intento animarle pero sé que esta situación es muy difícil, estaban muy unidos. Para él, su abuela era su tesoro.

–Me tienes aquí –digo con orgullo. Él esboza una sonrisa triste–. Y deberías hablar con Manu o Noe y no cantar hoy.

Cepeda piensa la idea y yo cambio de tema. Hablamos de cosas varias hasta que la hora del ensayo se va acercando.
Antes de irme, le digo que se quede aquí y llame a Noemí o Manu o sino yo puedo hablar con ellos.

Le doy un abrazo. Un abrazo que sabe a cariño, a apoyo y compresión. Con amor. Todo mi amor es para él.

Creo que ahora sí quiero. Le quiero besar.

No es el mejor momento para hacerlo así que me reservaré para después.

Mi mano acaricia su cara antes de salir del cuarto.

...

El ensayo se alarga más de lo que me gustaría y me parece muy aburrido. Luis, ha optado por no venir ni cantar esta noche. Es la mejor decisión que podría haber tomado.

Nos dedicamos a decidir quién cantará sus partes y a añadir alguna canción más para que el concierto no se quede corto. Y la dicen.

–Procuro olvidarte –dice Noemí–. ¿Te parece bien?

Yo asiento tragando saliva. Esa canción, significa demasiado.
Ahí expresé todo lo que sentía, lo vacía que me había dejado la expulsión de Cepeda. Fue muy emocionante y volver a meterme en la canción va a ser difícil.

Terminamos casi a las tres horas. Roi me acompaña a la habitación de Luis para hablar con él e intentar que se olvide de todo un poco. Pero nuestros intentos son en vano ya que, ni siquiera le encontramos ahí.

–¿Dónde estará Roi? –pregunto con preocupación. Me da miedo lo que pueda hacer.

–No lo sé.

La conversación finaliza y yo vuelvo a mi cuarto. No tardo en llamarle pero no obtengo ninguna respuesta.

Cada vez estoy más nerviosa.

Las horas pasan pensando en dónde se habrá metido Luis y debo ir a maquillaje y peluquería.

Antes de meterme en el bus recibo un mensaje.

Estoy bien. Diles que no me llamen más. Luego hablamos.

Respondo al instante pero parece que ha apagado el móvil o algo así.

El concierto se hace pesado y más sin la compañía de Luis. El público ha gritado en varias ocasiones su nombre y están confusos.

Ahora me toca salir a cantar procuro olvidarte, una canción muy especial para mí. Y para él.

Procuro olvidarte,
siguiendo la ruta de un pájaro herido.
Procuro alejarme,
de aquellos lugares donde nos quisimos.

No puedo evitar recordar que en menos de un mes, se va. Me deja aquí, con mil cosas por hacer y hechas, con planes de futuro a su lado.
Tengo claro que cuando se vaya, se llevará una parte de mí con él. Y siempre me tendrá.

Lo que haría,
porque estuvieras tú,
porque siguieras tú
conmigo.
Lo que haría,
por no sentirme así,
por no vivir así,
perdida.

Así me siento sin él. Perdida en un mundo de locos. Perdida en él y con él.

No te vayas Luis, porque me pierdo.

* * *

¡Buenas tardes! Siento muchísimo la tardanza, pero ahora subiré más seguido.

Si os ha gustado: votad y comentad. GRACIAS.

Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.

Almas gemelas | AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora