Capítulo 9

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Estoy sentada al lado de Luis en el avión. Tras unos días de relax, tocaba volver a las firmas, entrevistas y viajes.

Estos días hemos estado muy bien, como en una nube, y ahora cuesta salir de ella. Volver a la realidad de estar alejados, de intentar disimular... sé que cada vez será más difícil. Ya no puedo fingir cuando le miro, ni cuando estoy con él, porque todo lo que siento es amor, y cuando estás enamorado lo saben hasta las piedras.

Ese sentimiento es ser capaz de cruzar el mundo por alguien, de nadar en las aguas más frías, alegrarte cuando te mira o cuando sientes que su mano te roza.

Querer es algo tan complejo y difícil a la par que bonito.

Me quedo embobada mirándole. Cada día descubría algo nuevo, algún gesto, un lunar o un nuevo mundo en su piel.

Él me devuelve la mirada como si de comerme se tratase, y apoyo mi cabeza en su hombro.

–¿Cuántos días estarás fuera? –me pregunta, dejando un beso en mi cabeza.

–No lo sé... va a ser difícil pero no será mucho tiempo –respondo–. Siempre que pueda te llamaré.

Él sonríe y gira su cuerpo, mirando de frente. Sé que le va a costar, porque lo único que quiere es poder afirmar que estamos juntos, pero aún es pronto para decirlo.

Quizá suene egoísta pero se supone que salí hace poco de una relación y no quiero que se me tache de ser algo que no soy. Él respeta mi decisión pese a no compartirla, pero cada día serán más evidentes nuestros sentimientos.

El viaje pasa rápido al dormirme apoyada en Cepeda. Al llegar, me despierte suavemente con una sonrisa en la cara.

Salimos del aeropuerto algo separados, por si hay algún fan esperando. Por suerte sólo son unos 5 o 6, a los que firmamos rápido y nos hacemos alguna foto.

Luis debía ir a su hotel y yo a Sant Climent. Me da un beso en la cabeza con una sonrisa triste y se va a su taxi mirándome.

Nadie dijo que fuera fácil.

Llego a casa después de unos días fuera y mis padres me reciben muy bien. Dicen que me han echado mucho de menos.

Coloco todo de nuevo mientras hablo por teléfono con Luis. Mañana, tengo firma en Barcelona y pasado en Valencia. Después descanso y voy a Madrid y Murcia.

–Pues mañana nos veremos, ¿no? –dice tranquilamente.

–¿Cómo, cómo? Si no va a venir nadie... ya verás –respondo acercándome al móvil.

–Aitana tú siempre crees que nadie te escucha, nadie te apoya, nadie haría viajes por verte... bueno, yo sí. Pero digo fans... te apoyan miles de personas cariño.

Sus nombres cariñosos pueden conmigo. Cada vez que me nombra como "cariño" o "amor" algo dentro de mí se remueve.
Hablamos unos minutos más sobre mis fans y firmas y me confirma que asistirá a la firma de mañana.

Llega la hora de colgar.

Hola Aitana! Estoy por Barcelona, nos tomamos algo mientras hablamos? Si quieres, un abrazo.

Es Dani. No sé si aceptar, aunque sé que no va a hacerme nada malo.

Igual salir fuera de mi círculo me viene bien, me ayuda a despejarme.

Claro! Dónde y a qué hora y eso?

Enviar.

Bueno, pues ahora tengo un amigo más ¿no?

...

Quedan 10 minutos para la hora del encuentro y ni siquiera he salido de casa.

Me calzo rápido y me despido de mi familia.

17:35.

Ahí estaba el rubio, con unas gafas de sol, un vaquero negro y una chaqueta de cuero del mismo color.

Al llegar nos saludamos con dos besos y comenzamos a caminar hacia... la nada, diría yo.

Vamos hablando de mi música, de todo lo que produce él y a todos los artistas que ha conocido. Me invita a un batido del Starbucks y a algo de comer.

–Pues fíjate Dani... ¿qué haces por aquí? –pregunto.

–He venido a grabar cosas con David, un viejo amigo que está saliendo al mercado y eso.

–Yo voy a ir a Los Ángeles dentro de poco, a grabar y eso –le cuento. Me mira sorprendido y me pregunta con quién y cuánto tiempo iré.

La tarde pasa rápida entre risas y algún batido más. Es muy buen chico y me ha caído bien.

Propone llevarme a mi casa y yo dejo que lo haga. En el coche escuchamos algunas canciones mías y suena No puedo vivir sin ti.

Recuerdo que llevo sin hablar con Luis desde las 15:00 aproximadamente. Miro mi teléfono, tengo 3 llamadas perdidas suyas y más de 6 whatsapp.

Le pido disculpas en un mensaje y le digo que después le llamo.

No le he contado lo de Dani y no tengo pensado hacerlo, no es nada importante.

Al llegar a casa veo que están todos mis primos y tíos. Les saludo a todos y nos quedamos hasta las tantas ahí, entre risas, como siempre hicimos.

A veces echo de menos mi vida de antes, pero también me encanta la de ahora. Conocer a personas que les gusto, que me regalan cosas... es increíble.
Pero echo de menos mis ratos libres, mis salidas por las calles de Barcelona con mis amigos... a mi familia. Todo.

Pero ahora he conocido a gente increíble, como Luis. Cada día me sorprende con algo diferente, con cualquier detalle. Me trata como si fuese de oro, como si aún no me hubiera conquistado. Lo cierto es que estoy más que conquistada.

Enamorada.

* * *

¡Holaaaa! Bueno las cosas se tuercen...

Mil gracias por las lecturas, os dejo este capítulo más cortito y sin mucho juego. Comentad y dejadme algún voto!!

Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.

Almas gemelas | AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora