Ha pasado una semana desde la reconciliación entre Luis y yo, y mañana tenemos un concierto después de casi un mes de nuestro último "no puedo vivir sin ti".
Durante esta semana hemos estado viajando y nos hemos visto poco pero hemos seguido bien.
Miro hacia mi izquierda y le veo dormido en el asiento del avión. Sonrío durante unos segundos hasta que me centro en la música que retumba en mis oídos. Vuelvo a verte, de Malú.
Esa fue una de las canciones que canté en los castings y siempre me ha gustado mucho.
Cuando la música cesa, recibo un beso de Luis en el flequillo. Suspiro mientras lo coloco.
–Buena siesta, ¿eh? –le digo sonriendo.
–No ha estado mal...
Bromeamos un poco más hasta que la megafonía nos informa de que estamos a punto de aterrizar. Me apoyo en él y cierro los ojos.
Cuando los abro de nuevo, estamos en Mallorca. Salimos del avión y esperamos a todos abajo.
–¡Vaya viaje! Estoy muertísima chicos –dice Ana mientras baja. Establecen una conversación entre todos pero yo estoy totalmente ida.
Luis me mira diciendo "¿qué te pasa?" y yo hago un gesto restándole importancia al asunto.
La verdad que últimamente me siento más cansada, con mucho más peso en el cuerpo. No estoy agusto conmigo misma y no sé qué hacer para estarlo. Pero no he hablado de esto con nadie ni tengo pensado hacerlo. Sé que son cosas normales, he pasado de ser una chica normal a una artista, y todo eso es muy agobiante.
Llegamos al hotel y yo solo escucho el sonido de mis botas contra el suelo. Me quedo atrás para poder estar sola y no hablar con nadie.
Amaia aparece detrás mío e intento sonreírla, pero ahí se queda, en un intento.–¿Estás bien? –pregunta. Es un sol.
–He dormido poco... –intento mentir. Ella frunce el ceño pero finalmente aprueba mi respuesta.
La habitación me toca, sin ir más lejos, con Ana. Al llegar dejamos las maletas y me tiro a la cama boca abajo.
Ana me cuenta sus días en Madrid y Sevilla y yo intento escucharla pero mi cabeza desconecta y pienso en Luis. En todo lo que siento.Sé que ahora mismo me hace falta ponerme a llorar entre sus brazos y desahogarme, pero tampoco quiero preocuparle.
Él siempre intenta que yo sea feliz y esté bien. Para no estarlo teniendo al lado a alguien como él. Es una suerte contar con su presencia. Cuando me abraza, me siento a salvo; de mí, de todo.
Desde que llegó a mi vida, me ha hecho cambiar la manera de ver la vida, de darme cuenta que aunque existen muchas cosas contra nosotros, siempre nos tendremos el uno al otro.
Yo sé que es mi alma gemela, mi mitad. La parte que me complementa y me ayuda, más que nadie.
Los gritos de la canaria diciendo mi nombre me hacen volver al mundo. Yo sólo siento.
–¿Estás aquí? –pregunta y yo la miro y sonrío–. ¿Vas a venir?
Se refiere a algún garito de Mallorca. A dar una vuelta con todos.
–No, no. Ve tú. No me apetece nada, voy a descansar.
A los minutos abandona la habitación dejándome totalmente sola.
Suspiro aliviada y me levanto para colocar la ropa aunque sólo vamos a estar 3 días aquí. Cuando termino pongo música a todo volumen en mi teléfono y comienzo a cantar Pablo Alborán.
Déjame ser tu refugio, déjame que yo te ayudo,
aguantémonos la vida, te recuerdo si lo olvidas.
Que hemos crecido peleando y sin quererlo nos gustamos,
cuántas cosas han pasado y ya no hay miedo de decir te amo.Sigo tarareando la canción hasta el final.
Después, la puerta se abre, y tras ella veo la silueta de mi novio.
–Te noto inspirada –entra a la habitación.
–Se llama antes de entrar, podría estar desnuda –digo, él suelta una carcajada–. Pues no mucho pero si lo estoy no va a ser por ti.
Le saco la lengua mientras viene hacia mí. Me coge por la cintura y me acerca a él.
–Te quiero –confieso.
–Te quiero más –aclara.
Nos fundimos en un beso muy largo pero relajado, transmitiéndome esa paz que necesito. Al separarnos, juntamos nuestras frentes y sonreímos.
Decide sentarse en la cama y se queda mirándome.
Ahora mismo, me siento genial y todo el cansancio de antes se ha alejado.
Corro a la cama y salto encima de él mientras nos reímos. Me empieza a hacer cosquillas, sabe que odio eso.
Y así pasa el tiempo, entre risas y caricias, besos y abrazos. Cuando miro de nuevo el reloj han pasado dos horas. Son las 19:14.
Luis se marcha a su habitación, que no queda muy lejos de la mía, se va a duchar y a cambiarse para ir a cenar. Yo, hago lo mismo.
Aún dudo en si salir con mis amigos o quedarme aquí. Dormir no me vendría nada mal pero también quiero estar con ellos.
Me ducho rápidamente y al salir me llama Cepeda.
–¿Qué tienes pensado hacer? –pregunta cuando descuelgo.
–No sé... ¿te apetece noche de pelis?
–Claro cariño. ¿Por qué no te apetece salir?
Intento evitar la respuesta para hablar con él en persona. Hemos quedado en media hora en su habitación para tener una noche (corta) de películas. Por fin me voy a desahogar y qué mejor manera que a su lado.
* * *
¡Buenas nocheeees! Primero que todo: perdón por estar sin subir.
Segundo: MUERTA CON EL CONTENIDO QUE NOS DAN ES QUE ESTÁN CASADOS.
Tercero: votad y dejadme algún comentario bonito:).
Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.
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Almas gemelas | Aiteda
FanfictionAitana Ocaña y Luis Cepeda. Dice una antigua leyenda asiática que las almas gemelas son las dos mitades de un alma que se quebró y que se buscan a través del tiempo para volver a unirse para siempre. Otra historia oriental cuenta que las almas geme...