Capítulo 7

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Los rayos de luz invadieron nuestro cuerpo.

Eran las 11:03.

M i e r d a .

–¡Despierta, Luis! –le agité. Se despertó asustado–. Tranquilo, no es nada. Bueno, en realidad sí, ¡había quedado con mi representante a las 10:30!

–Buenos días a ti también Aitana –dijo. Los dos nos reímos–. Llámala.

Cogí mi teléfono y tenía 4 llamadas de Martina. La llamé y me disculpé mil veces, dejamos nuestra cita para las 13:00.

Una vez más relajada, miré a Luis. Le di un beso corto en los labios y me puse una camiseta suya gris.

Él cogió su ropa interior mientras sonreía. Sé que no se esperaba ese beso.

Me dirigí a la cocina y él detrás mío.
Desayunamos hablando de nuestra noche de ayer, demasiado loca. También de tonterías, de nuestras familias... y de nosotros.

Había tomado una decisión: iba a estar con él y el resto me daba igual. Solo así seríamos felices y yo podría estar bien.

Llegamos al acuerdo de que no confirmaríamos nada pero tampoco se desmentiría, para que la gente se enterara poco a poco y fuese más fácil.

Él estaba ilusionado y feliz, ¡y yo también!

–Te prometo Aitana, que vas a ser la chica más feliz del mundo. Te quiero mucho de verdad. ¡Estoy con las chica de mis sueños! –gritó eufórico y riendo. Le di una palmada en la espalda mientras yo también reía.

–¡No tienes que prometerme nada tonto! No sé qué haces pero lo haces. Soy tan feliz contigo Luis... yo también te quiero, chico de mis sueños –me sinceré y nos fundimos en un beso tan sincero como todas las palabras que nos dijimos.

Ahora mismo, sólo con mirarme, rebosaba felicidad. Todo esto era muy especial y era de verdad. Luis me hacía sentir diferente a todos, me hacía sentir afortunada de tener a alguien como él a mi lado. Y sobre todo, me hacía quererme un poco más.

Le debía muchas cosas. Conseguía apartar inseguridades de mí. Con él no tenía miedo a nada ni a nadie, porque juntos podríamos contra todo.

Después de estar varios minutos dándonos besos y abrazos, me fui a la ducha.
Al salir me propuso comer juntos pero no podía porque comería con Martina.

Eran ya las 12:00 cuando quisimos ponernos a limpiar y ordenar su pequeño piso. Tenía muchas cosas que tirar y muchas otras que guardar.

Limpié el salón mientras él limpiaba la cocina y pusimos música, sonó "Lo Malo" y los dos nos pusimos a cantar y a bailar como locos.

Fue un momento divertido porque le enseñé los movimientos pero seguía siendo arrítmico y parecía un pato mareado.

Al ver que me reía mucho de él, me cogió como "saco de patatas" y me dio vueltas por toda la casa.

–¡Luis! ¡Bajame por favor! –gritaba riendo.

–Convénceme de eso bicho –dijo él relajado. Me dolía la tripa de reirme y solo le daba patadas.

Conseguí que me bajara y fui a por él. Me agarró de nuevo, por la cintura, y me atrajo más hacia él. Nos besamos.

Besos cortos pero intensos. Besos con risas. De esos que sabían bien, y más si eran con él.

Los minutos fueron pasando entre risas y terminamos de limpiar. Dejamos todo impecable, muy limpio y ordenado.

No sé cuántos días pasaré en Madrid pero sé que los pasaré aquí, con él. Era mi hogar, mi lugar favorito.

Fui a arreglarme un poco. Me puse unos vaqueros negros y una blusa roja, con unas botas negras.

Le pregunté a Luis si me llevaba a donde había quedado con Martina y obviamente, aceptó. También me recogería luego.

No sabía si tenía algo que hacer.

Antes de salir de su piso, nos abrazamos y nos dimos mil besos más ya que en la calle sería más difícil y fuimos al coche.

En menos que canta un gallo estaba allí. Me despedí con un beso suave y salí del vehículo.

–¡Gracias Luis! Luego te llamo y si quieres te pasas –le dije mientras salía.

–Avísame después peque, te quiero –sonrió y subió de nuevo la ventanilla. Se me quedó cara de tonta después de sus palabras. Me encanta tanto.

Uy, ¿qué me pasa? Nunca he sido tan romántica ni cursi.

Supongo que será Luis, provoca mil cosas en mí.

No me cambia, me mejora, me suma cosas positivas; y eso es lo que me gusta.

Creo que estoy enamorada de él.

Sí.

Martina hizo que mis pensamientos desaparecieran cuando llegó y me dio un abrazo. Siempre era muy cariñosa conmigo y eso me encantaba.

Me disculpé mil veces por haberme quedado dormida y no acudir a nuestra cita.

–Bueno... ¿dónde te has quedado hoy? –mostró una sonrisa. Sabía que lo tenía planeado–. Me llamó Cepeda para decirme si vendrías y si podía recogerte, y a mí me daba igual... ¡así que acepté!

–¡Vaya dos! Estábais compinchados. Bueno, pues bien... estamos juntos, ¿debería decir algo? Sabes que soy muy nueva en esto y no sé Martina –le dije, yendo al grano.

Martina pensaba que nuestro acuerdo estaba bien y que así sería mucho más fácil para los fans y la prensa.

–Eso sí, nunca digas –recalcó la palabra "nunca"– que sigues con tu ex. Porque si no vais a desmentir nada tampoco confirmes otra cosa. Lo más sencillo será que no habléis de vuestra vida privada ¿vale? Y ahora vayamos a comer anda... enamorada.

Sus palabras se quedaron en mi cabeza.

...

La comida y el café de después pasaron rápidos caminando por Madrid. Había sido una buena media mañana y ahora mismo Martina era como mi amiga. Nos habíamos contado cosas mutuamente y ahora mismo nuestra relación era más que la de un representante y su artista.

A las 17:15 le dije a Luis que estaba en Preciados y que me recogiera ahí mismo. En 10 minutos llegó.

Al subir al coche nos dimos un beso corto. Aún no me acostumbraba a esto, pero me gustaba.

–¿Dónde quieres ir peque? –me preguntó cuando ya estaba en el coche.

–No sé... no tengo nada esta tarde. Por cierto, mañana a las 11:30 tengo que estar en un estudio porque voy a grabar dos maquetas de "Chandelier" y "Procuro Olvidarte" así que ¡nada de dormirnos tarde! –grité. Él rió y asintió–. Y a lo mejor también grabo "Lo Malo".

Se alegró por aquello de las maquetas y le expliqué que eran de prueba ya que dentro de poco empezaría a componer y grabar.

Después de discutir (siempre de broma) sobre donde ir, me dijo que iríamos a un sitio especial. Lo que él no sabía era que cualquier sitio era especial si estábamos juntos.

* * *

¡Heeeello! Bueno, espero que os guste mucho.

Creo que empezaré a cambiar el narrador a Cepeda a veces, o sino a 3 persona. ¿Qué preferís? Dejadmelo en comentarios porfi.

No olvidéis votar y GRACIAS a todos los que me leéis.

Nadie dijo que fuera fácil. Besiños.

Almas gemelas | AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora