ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ
❝ En la venganza
el más débil
siempre es el más feroz ❞
Si tuvieses que describir a Bella a primera vista, dirías que es una mujer con temperamento. Y no te equivocarías.
Cuando descubre que su jefe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POR PRIMERA VEZ EN SEMANAS, Isabella se despertó por su cuenta. Sus sábanas seguían colocadas en su cama dándole calor y su gato dormía plácidamente a sus pies. Miró el reloj confundida y frunció el ceño cuando vio que eran las 8:45 am. Se sintió extraña ante la ausencia de Mitch y su mal temperamento arrancándola de la cama. Rápidamente se vistió y se dirigió a la casa de Stan.
Hurley miraba la televisión plácidamente recostado sobre el sofá y Mitch leía un libro en la mesa, de espaldas a él. En cuanto la vio en la puerta, dejó el libro a un lado y se puso de pie dirigiéndose a la heladera y sacando un desayuno igual al que le había preparado ayer. Sin decir una palabra, lo apoyó sobre la mesa y volvió su vista a la página correspondiente, aparentemente escrita en árabe.
Isabella volvió a sentir eso imposible de explicar que le generaba Mitch. Eso extrañamente bueno, mezclado con cautela y algo de temor por él. Aclaró su garganta antes de dedicarle un inseguro "Gracias, señor." Y comenzar a comer. Mitch sólo asintió.
Ninguno de los dos sabía cómo romper el hielo. Ambos querían hablar y era evidente, pero no encontraban qué decir.
Mitch quería decirle que lo sentía y que definitivamente no la estaba entrenando para que sea parte de la CIA, pero esta fue la única opción que pudo pensar para protegerla de Rich. Quería explicarle que él realmente quería que ella se defienda, pero llegado el momento de graduarla como recluta, encontraría la manera de sacarla de todo esto. Quería decirle que no se merecía el delirio que era este mundo y lo trastornado que puede volverse y que jamás se perdonaría a sí mismo si realmente metía en ese ambiente enfermo a alguien que no lo deseaba. Ella tenía la oportunidad de que, una vez que acabe con Rich, tener una vida normal. Él quería hacer lo posible para darle esa opción.
Pero no dijo nada.
Bella quería saber qué había pasado con su entrenamiento, por qué no la había despertado, si estaba enojado con ella. Quería darle las gracias por ayudarla a dormir y al mismo tiempo decirle que era un idiota por mentirle. Y a diferencia de Mitch y gracias a su clásica impulsividad, si habló.
—¿Qué pasará conmigo ahora?
Su voz salió con menos firmeza de la que esperaba. Quería demostrarle que seguía enojada con él, pero su propia intención la traicionó.
Mitch detestó la pregunta.
—Hoy no entrenaremos —contestó, intentando darle la mínima y más a corto plazo información posible. Realmente no sabía que iba a pasar.
—Entonces nos quedaremos aquí... sin hacer... ¿Nada?
Bella apretó sus labios, esperando la respuesta con ansiedad. Mitch levantó su vista del libro y la miró atento, alzando una ceja.
