ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ
❝ En la venganza
el más débil
siempre es el más feroz ❞
Si tuvieses que describir a Bella a primera vista, dirías que es una mujer con temperamento. Y no te equivocarías.
Cuando descubre que su jefe...
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DESPERTAR Y VERLA desnuda a su lado definitivamente se volvió una de sus cosas favoritas.
Tres días habían pasado desde que Mitch había vuelto de Roma, y desde que él y Bella habían compartido esa noche, se habían vuelto casi inseparables. En el sentido de que les costaba separarsus cuerpos. Incluso, ayer Mitch había sentido la necesidad de dejar de lado el entrenamiento de Bella para tocarla en ese mismo momento. Su espalda se apoyaba con fuerza en uno de los árboles mientras los dedos de Mitch jugaban en su intimidad, haciendo que pierda fuerza en las piernas y sosteniéndose de él para no caerse.
El hecho de haber estado conteniéndose tanto tiempo hacía que, ahora que podía hacerla suya donde y cuando ambos querían, pierda el control prácticamente cada vez que la veía.
Él corrió un mechón de pelo de su rostro, pudiéndola admirar perfectamen. Acarició su mejilla un momento embriagado por su belleza. Bella comenzó a despertar lentamente, lo miró confundida y se dio vuelta en la cama para ver el reloj. Luego volvió su vista a él con el ceño fruncido.
—Son las 5 y media de la mañana, Rapp —dijo casi en un reto, volviéndose a acomodar en la cama —Torna a dormire e non rompe le... —se quedó dormida.
Mitch soltó una pequeña risa ante la ternura que le causó la chica. Dejó un beso en su frente antes de levantarse con cautela de la cama, ponerse ropa y salir a entrenar.
Cada cuchillo que lanzaba caía directamente entre los dos ojos de John. Las hojas de diario clavadas sobre los árboles con sus fotos se arrugaban ante el impacto del filo del metal en la frente de Rich. Su cuerpo se encontraba controlado por la furia, el odio y la impotencia que sentía. No podía esperar para terminar con su vida, pero desgraciadamente la CIA estaba depurando a todos los empleados sospechosos de haber sido comprados por él y su búsqueda estaba tardando más de lo esperado.
De todas formas, él le había dado a Irene un ultimátum: si la ubicación de Rich no estaba para hoy, iría a buscarlo él mismo.
Isabella hizo su rutina de todas las mañanas antes de ir a entrenar con Mitch, quien todavía se encontraba en el bosque.
—¿Dormiste bien? —preguntó el tomando su cintura, dándole un beso de buenos días en los labios.
Ella hizo una mueca —Sí, hasta que te fuiste —rió —Sigo teniendo estas extrañas pesadillas cuando se que me quedo sola.
—¿Qué sueñas?
—Con gente que no conozco. Creo que nunca los vi en mi vida ¿No es extraño eso? Dicen que siempre sueñas con quienes has visto alguna vez porque nuestro cerebro no es capaz de inventar rostros.
