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DEMASIADO PERSONAL

ISABELLA LLORABA en el piso de su habitación, abrazando la camisa que Mitch le había regalado

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ISABELLA LLORABA en el piso de su habitación, abrazando la camisa que Mitch le había regalado. Hacia 5 días que ni Stan ni Irene recibían información sobre él y ella no podía hacer otra cosa más que imaginarse los peores escenarios.

Desde que se enteró del fallecimiento de su abuela, habían sido escasas las veces que salió del cobertizo. Claro que Hurley estaba terriblemente preocupado por ella, pero entendía que debía darle su espacio. Espacio que Bella aprovechó para entrenar 24/7 dentro del amplio espacio, hasta hacer sangrar sus nudillos, hasta que cada músculo de su cuerpo le pidió que pare.

Hasta hace unos días creía que ella no era capaz de lastimar a nadie, pero ahora estaba segura de todo lo contrario.





Isabella quería matar a John Rich.





Sus deseos, impulsados por el odio, eran explícitos en su cabeza, y sentía que la única manera de terminar con todo esto era ver cómo la vida abandonaba los ojos de John gracias a ella.

La hizo pasar por un infierno. Un infierno que aguantó hasta que la última gota colmó el vaso.







Ella iba a matar a John Rich.







—Isabella —Hurley interrumpió su llanto histérico golpeando la puerta —. Isabella, creo que querrás venir a ver esto.

Puso los ojos en blanco y camino hacia la puerta limpiando sus lágrimas sin ilusionarse demasiado, ya que la última vez que Stan le dijo eso hace unos días atrás, ella pensó que se trataba de Mitch. Al final solo quería que vea cómo su gato jugaba con él.

Abrió la puerta a punto de decirle a Hurley que más vale que sea importante, pero quedo sorprendida cuando vio tras la puerta a el hombre que tanto esperaba ver.

    —¡Mitchell Rapp, voy a matarte por haberme hecho preocupar así! —gritó lanzándose hacia él en un abrazo que él correspondió efusivamente, ignorando el dolor de sus heridas.

Ambos se refugiaron en el abrazo del otro por un largo tiempo.

    —¿Estás bien? —preguntó Bella y comenzó a palpar en su cara, hombros y brazos en busca de heridas, Mitch se estremeció cuando tocó su brazo —. Madonna Mía Mitch te dispararon.

Él hizo una mueca —No es nada.

Hurley, quien seguía viéndolos con una sonrisa, habló —Irene está en camino con los médicos. Quiere verte, estábamos todos preocupados.

NEVER LET IT GET PERSONAL,    mitch rapp.   ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora