Capítulo 18

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Decidiéndome

Estábamos de camino a casa, después de haber salido del hospital, Evans no había hecho ninguna burla hacia mi y verlo así era un poco melancólico. Normalmente me dice cosas que me enojan y me sacan de quicios, pero ésta vez estaba completamente callado.

El silencio era de cierto modo incómodo. La noche nos había atrapado y obviamente el frío se empezaba a notar. Me maldije mentalmente por no haber traído algo más abrigado que una simple blusa roja, y en ese momento la envidia de mi compañero entró por mis poros. Observo por lo bajo su abrigada chaqueta, pero al ver su caballerosidad me detuve de golpe.

-¿Qué se supone que estás haciendo? -Pregunto anonadada.

-Pues, gano puntos de ataque a tu corazón -Veo su personalidad molesta de siempre.

Evans coloca su chaqueta sobre mis hombros -Si dejas de abrigarte, no tardará en aparecer un resfriado.

-Pero tu... También debes tener frío -Afirmo.

-¿Entonces quieres que me la ponga de nuevo y luego te abrace? Así estaremos más calentitos.

-Para nada, así estoy bien -Me coloco la chaqueta sin notar que las mangas son más grandes que mis brazos.

Lo escucho reír -Tu siempre cambiando mi estado de ánimo -Se aproxima a mi y lleva una de sus manos a mi cara -Con solo verte siento que todo está más que bien, está perfecto -Pellizca mi cachete.

-¿Desconfías de tu primo? Porque la verdad, yo pienso que él no miente.

Veo cómo duda por un momento, espero su respuesta, pero lo que consigo es que él me tome de las manos, me hale hacía su cuerpo y choque su cabeza con la mía. Tal vez, las palabras no sean buenas en estos instantes, tal vez debería quedarme quieta y entenderlo, tal vez y solo tal vez...

-Lo cierto es que, más que decir que desconfío de él -Se da media vuelta sin soltar una de mis manos -La respuesta obvia sería que me siento decepcionado. Todo este tiempo supo las atrocidades de su padre y aún así no hizo nada para detenerlo, ni siquiera contármelo.

-Creo que Mike tuvo sus razones, deberíamos entenderlo un poco. Sinceramente yo lo entiendo, a pesar de lo que sucedió con mi padre, no lo odio ni detesto su presencia porque sé que él no fue el culpable.

Evans de alguna manera entiende lo que trato de decir y me asegura que lo va a pensar. Y así, sin detenernos más caminamos hasta que por fin llegamos a casa, él me deja en la entrada y me recomienda esperarlo para mañana ir a clases juntos. Para no alargar más la charla yo me despido con un simple "Hasta pronto".

Él suponía que iba a haber otro acto cariñoso de mi parte, pero lo dejo con con las ganas. Ingreso rápido a casa y cierro la puerta de un golpe.

-¡Diantres! -Respiro -Un minuto más y mi yo salvaje hubiese hecho otro movimiento indebido -Camino hacía la sala.

Mi madre está sentada en su sofá favorito mirando la televisión. Al principio no se percata de mi presencia, pero luego de un lapso eventualmente lo hace.

-¿Solucionaste el problema en el hospital? -Pregunta.

-Sí, Evans estaba conmigo, no tienes de qué preocuparte. A propósito ¿Qué hay de cenar? -Digo sobando mi estómago.

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