Atrapada
Cuando pensaba que todo iba de acuerdo a lo planeado, desechas la probabilidad de que la persona menos esperada se te cruce en tu camino. Alan Parker, el vicepresidente, se encontraba frente a mi con una caja de regalo y unos globos preguntándome sobre mi aparición repentina en el hospital y no descarto la idea de volver a mentir... Soy la peor persona.
"Supongo que lo mismo que tú" es lo único tonto que se me ocurre responder, y que otra cosa puedo hacer si no tengo más alternativa.
—Tierra llamando a Dana ¿Estás bien? —Alan mueve las manos para captar mi atención.
—Yo... No sé, tengo que hacer algo urgente y... ¿Por qué llevas globos y un regalo? ¿Son para alguien? —Cambio de tema rápidamente.
El brócoli se da cuenta a qué me estoy refiriendo y empieza a mirar a ambos lados, me entrega los globos y luego me empuja hacía la salida más cercana.
Estamos en el jardín del hospital y me detengo bruscamente antes de que me lleve quién sabe donde — ¿Qué sucede? ¿De quién estamos huyendo?
—Dime que no has venido acompañada de la delegada.
—No, claro que no... ¿Te preocupa eso? —Le entrego los globos rosas.
—Sí, me asusté por un instante —Se sienta en la banca más cercana —Por un momento creí que fui un descuidado...
Medito unos segundos y lo siguiente que hago es sentarme a lado del brócoli —Por casualidad, ¿Le escondes algo a Adriana?
Él no responde e inmediatamente entiendo que eso es un "Sí". Entonces lo pienso y me doy cuenta de que Alan está en la misma situación que yo. A lo mejor si le digo la verdad, él no irá a contarle a Evans que me vio en el hospital.
—¿Quieres contarme? Digo, no somos tan amigos, pero si puedo ayudar, te escucharé si es necesario —Pregunto nuevamente con delicadeza para que Alan sienta confianza.
—La verdad es que mi pequeña hermana ha estado internada desde hace dos años —Respira y continua sin flaquear —A sus seis años le detectaron leucemia aguda, mi familia estaba destruida, todos estábamos desesperados en ese entonces y yo no pude contra la depresión... Me volví un rebelde que buscaba peleas con estudiantes y pandilleros o cualquiera que se me cruzara solo para poder calmar mi angustia.
— ¿Pudiste superar ese momento de tu vida?
Él asiente con su cabeza —Hubo una ocasión en la que me encontré con unos sujetos peligrosos, los insulté y les dije del mal que se iban a morir sin pensar en las consecuencias. No pude defenderme contra esos tres, creí que iba a morir, pero gracias a los gritos de auxilio por parte una chica que alertaron a los policías hoy me encuentro aquí.
—Esa chica es la presidenta ¿Verdad? —Digo de la manera más amena posible, tratando de controlar el rumbo de la conversación.
—Esa fue la primera vez que la conocí. Pero como todo un rebelde sin sentido la traté mal, le dije que no necesitaba su ayuda y que no se meta en mis asuntos —Arruga su nariz como no creyendo lo que me cuenta —Fui un imbécil en aquel momento y ahora lo sé.
Creo que Alan Parker es una gran persona y creo que como todo ser humano se equivoca. A pesar de que su vida no ha sido tan divertida como la pinta su apariencia, sus ganas de cambiar lo han llevado a crecer y por supuesto a aprender a llevar una vida difícil con una sonrisa.
— ¿Es agradecimiento o amor lo que te hace estar cerca de la presidenta?
Su piel blanca marcada de algunas pecas toman un color carmesí y en señal de respuesta levanta dos dedos de su mano anunciando que es la segunda opción. Me mira para justificarse, pero la vergüenza hace que sus cachetes se inflen y agache su cabeza.
—Mi actitud es tan obvia ¿Cierto? —Su voz es baja.
—Que lo sospeche desde que los conocí, ¿Cuenta? —Reí de mi mal sentido del humor.
El brócoli y yo empezamos a reír como si fuésemos amigos desde hace mucho tiempo y entre tanto pedacito de felicidad me regala un globo rosa. Yo al principio dudo en aceptar el presente, pero luego de tanta insistencia, finalmente cedo.
—No le cuentes a Adriana que me viste aquí, tal vez se enoje conmigo y no quiero que le dé lastima mi situación. Ella conoce a mi hermana, la ha visitado algunas veces y creo que hasta son amigas, y si ella sabe que yo soy el hermano de Odalys, me odiará más de lo que ya lo hace.
Yo prometo que no le contaré nada a Adriana y me juro a mí misma que descubriré si la presidenta tiene sentimientos por Alan.
—A todo esto, ¿A quién vienes a visitar? Tu amiguito Evans no ha venido hoy.
—Pues... No sé si deba contarte... —Miro la hora en mi teléfono y veo que ya es tarde así que lo dejo con la duda —Juro que te lo contaré otro día. Gracias por el regalo.
Corro tan rápido como puedo e ingreso a sala de información de nuevo y pregunto en que habitación se hospeda Mike Foster, la encargada me dice que se encuentra en el segundo piso, habitación 112.
Subo el ascensor, camino por los pasillos hasta encontrar dicho lugar y antes de que pueda abrir la puerta para entrar una voz conocida me sorprende.
—Dana, ¿Eres tú?
—Sí...—Giro para confirmar la identidad.
Evans estaba mirándome fijamente y su expresión me decía que nada iba a estar bien después de este momento.
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Game Over
RomantizmDana era una chica solitaria, no tenía amigos ni alguien en quién confiar, ella decide estudiar en otra institución educativa en donde piensa seguir actuando como lo ha venido haciendo. El primer día de clases se supone que debía pasar desapercibid...