Mi primera mentira
No encuentro palabras para explicar este sentimiento, es tan tranquilizador que me hace imposible dejar de llorar y reír al mismo tiempo.
Evans, Adriana y Alan me preguntan qué hicieron mal, sus miradas de preocupación se posan en mi haciéndome sentir especial para ellos.Adriana no lo piensa más y empuja a Evans y Alan hacia la salida, les cierra la puerta en sus caras y les dice que esperen un momento.
— ¿Dana qué pasa? ¿Sucede algo malo? —Pregunta mientras se sienta en una de las sillas frente a mi.
—No es... nada —Callo por un momento —La verdad es que... ¿Puedo confiar en ti? —Digo tratando de limpiarme las lágrimas.
—Por supuesto que sí, me gustaría ser tu amiga, así que no hay problema, estoy dispuesta a escucharte si eso te hace sentir mejor —Responde de manera cortés.
No espero más para contarle lo que me sucede, al principio soy lenta para decirle mis problemas, pero a medida que hablamos, todo parece tener más sentido y sin pensarlo todo empieza a tener un equilibrio.
—Así que no tienes amigas... pero entonces ¿Cuál es tu relación con Evans?
—No existe relación alguna, solo es un tipo idiota que me molesta siempre —Giro mi cara a otro lado.
—Creo que entre ustedes hay algo más —Escucho una pequeña risa burlona.
— ¡Adriana! no es lo que tu crees... no te inventes nada... vamos es como si yo dijera que Alan y tu tienen algo —Ella me mira incrédula.
— ¡No! Pero que dices... ese solo es un tipo loco que me persigue por todos lados. No hay nada entre nosotros —Responde inmediatamente con algo de nerviosismo.
—Pues algo me dice que no es así —Su mirada me amenaza —Lo siento... no me hagas caso, no he dicho nada.
Así es como nuestra conversación nos lleva de un tema a otro. Los chicos cansados de esperar tocan la puerta y preguntan si pueden pasar. Ambas le contestamos que pueden hacerlo y ellos no dudan en abrir la puerta.
— ¿Por qué tanto secreteo?—Dice Alan.
—Exacto, ¿Por qué nos dejan fuera? Dana, me ofende tu falta de confianza —Se expresa de manera exagerada tocándose el pecho como si le doliera muy fuerte.
—Par de tontos... no hay manera de seguirles la corriente cuando ustedes se ponen de acuerdo, me hace pensar que se llevan bien—Adriana los molesta y luego camina hacía la salida — Enseguida regreso, nuestro tutor me dijo que tengo que ir por unos papeles a dirección antes de que finalice el recreo.
— ¡Oye espérame! voy contigo—Alan se despide de mi, para ir corriendo tras Adriana quien no hacía caso a su llamado.
Evans y yo nos quedamos solos nuevamente y éste no pierde el tiempo para preguntarme sobre mi estado de ánimo. Yo solo le respondo con el típico "todo esta bien, no me pasa nada", él no me cree en lo absoluto y sigue insistiendo. No quiero ser grosera por lo que rápidamente le cambio de tema.
— ¿Cómo es que Alan siempre anda tras Adriana?
—Por lo que sé, creo que Alan está interesado en Adriana. Al principio el cabeza de arbusto era el alumno más revoltoso, rebelde y siempre se metía en pleitos con los chicos de otros cursos. Diría que nunca nos llevamos bien, no me cae mal, pero siempre estamos en disputa.
— ¿Pero?
Evans se acerca a mí y no pierde ningún segundo para llevar sus manos hacía mi cabello, me acomoda el fleco y me dice:
—Ese individuo está en la misma posición que yo en estos momentos.
Lo empujo —No me estás respondiendo.
—Eres fría conmigo y yo que te quiero...—Le doy un manotazo en señal de que hable de una vez—Bueno está bien... Lo que sé es que desde que llegó la presidenta, él empezó a cambiar, no te puedo decir exactamente que fue lo que sucedió, pero de un momento a otro Alan cambió y ahora como lo ves anda siempre con Adriana.
—Entonces hay algo más...
—Sí, así como tu y yo ¿ No crees que se parecen a nosotros? —Toma mis manos y las entrelaza con las de él.
—No tan rápido—Me suelto de su agarre.
La campana suena y el me responde—Te has salvado mi Tsundere.
Antes de culminar las clases recibo un mensaje de Mike y me pide que no me olvide de la promesa. Yo no le contesto y a sabiendas de que Evans me seguirá hasta mi casa le invento una excusa para que no me espere.
Odio las mentiras y odio ser yo quien mienta, pero tengo que ir al hospital y preguntarle muchas cosas a Mike, entre esas cómo consiguió mi número y saber más sobre la familia de Evans. Mi mentira blanca como la apodo, sale bien y el idiota de mi vecino cree que tengo que quedarme a hablar con la profesora de lenguaje.
Estoy impaciente porque se vaya, sin embargo, no hago notar mi comportamiento extraño. Cuando veo que Evans se ha ido recojo mis cuadernos, salgo a pedir un taxi y me encamino al hospital.
Finalmente, yo solo espero que nadie se entere de esta mentira, que Dios me ampare y que nadie me vea, solo pido eso.
Pero creo que Dios no me escucha, porque cuando llego al hospital me encuentro en la sala de información con el brócoli.
— ¿Qué haces aquí Dana? —Me pregunta Alan.
—Supongo que lo mismo que tú...
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Game Over
RomanceDana era una chica solitaria, no tenía amigos ni alguien en quién confiar, ella decide estudiar en otra institución educativa en donde piensa seguir actuando como lo ha venido haciendo. El primer día de clases se supone que debía pasar desapercibid...