Estamos juntos
Es de día y me encuentro de camino al colegio junto a Evans, él luce igual que siempre aunque si me fijo bien, su piel pálida parece tener un tono más oscuro debajo de sus ojos. Asumo que con todo lo que está sucediendo no puede conciliar un buen sueño, así que no le pregunto nada y solo continuo caminando en silencio.
Hemos llegado al aula de clases, por supuesto aun es temprano, pero ya la mayoría de los estudiantes se encuentran presentes. Mi mirada se fija en el Brócoli quien se encuentra molestando sin perder tiempo a mi amiga. Me acerco a ellos para saber cuál es el tema principal.
-Los veo muy animados chicos ¿Ocurrió algo?-Pregunto con acento divertido.
Alan me mira y entre molesto o quizá decepcionado me dice -Claro que ocurrió algo, le estoy reclamando a Adriana por haberme eliminado del grupo anoche. Me has herido Miller, me has herido. Estoy muy enojado ¿Lo sabías?
-Lo sé, no pedí que te enojes, así que no se por qué reclamas-Habla sin importancia y sin ganas de seguir con la charla se sienta en su pupitre y abre el libro que trajo para leer.
-La ves, nunca me toma en cuenta, ella es muy fría -Alan empuja con el pie una de las bancas y se va del aula.
Creo que estos dos necesitan ayuda, porque siento que estas pequeñas peleas se pueden convertir en algo más grande si no hago nada. Además, necesito que ellos estén bien para poder decirles o más bien pedirles que me ayuden con el asunto que pone mi mundo de cabezas.
Me dirijo a mi asiento y veo a Evans recostado en su banca, nadie excepto Lissa se acerca a él y le toca su cabello. La ira se me sube a la cabeza y espero desde mi posición que Evans la aparte porque sinceramente me han entrado unas ganas de gritar en ese mismo instante que ese chico es mio aunque no sea cierto.
Camino haciendo sonar mis pasos más fuertes, no aparto la mirada de esa Lissa quién pronuncia constantemente el nombre que tanto me gusta. Ella sigue tocando el sedoso cabello de Evans mientras se aproxima lentamente hasta su rostro.
-Ok Lissa, detente-Pronuncio bruscamente.
Ella se endereza inmediatamente y con una sonrisa torcida dice:
-No tengo por qué hacerte caso, ¿Puedes irte?
-No, no es necesario, solo quería decirte que Evans no tiene tiempo para ti -sonrío de forma angelical-Además la profesora está aquí.
Golpeo el pupitre de Evans y él se despierta enseguida.
-¿Dana qué...? ¿Qué ocurre?-Habla somnoliento.
-Las clases van a iniciar-Me volteo enseguida.
Sé que estoy enojada y no es precisamente con Evans, es más bien con esa Lissa que sigue molestando al chico que me gusta. Lo he admitido un par de veces, pocas para ser exacta y estoy empezando a creer que debo mandar a volar lejos a la estúpida señorita maquillaje.
Antes de que las clases terminen un mensaje llega a mi celular y sin que la maestra me pille lo reviso. Es un mensaje de Evans pidiéndome que no me marche sin él. Cierro el celular con discreción y volteo para levantar mi pulgar en señal de afirmación.
Ya casi nadie queda en el aula a excepción de mis dos amigos medios locos, Evans y yo.
-Chicos ustedes se marchan a casa ¿verdad? -Pregunto
-Pues, Alan me ha pedido que lo acompañe a una librería muy popular cercana a la escuela -Responde Adriana.
-Presidenta yo sé que quieres ir, estoy seguro que encontrarás la segunda parte de ese libro que leías a escondidas -Alan ríe en forma burlona.
-¿Qué no puedes cerrar tu bocota?
-Hazlo tú con un beso.
-Nosotros nos adelantamos -Evans me agarra de la mano y me lleva fuera del salón.
-Hablamos mañana -Me despido de ellos aunque no me escuchen ya que están sumergidos en su pelea.
Caminamos así de las manos hasta la salida y no me atrevo dañar ese momento con un comentario grosero como los que hago siempre.
-Hoy estabas muy energética frente a Lissa. ¿Qué ocurrió entre ustedes? -Pregunta mientras juega con los nudillos de mis dedos.
-lo que ocurrió fue que...
-¿Si?...
-Es que ella... y luego tú... yo creo que -No puedo decir las palabras correctas y sigo balbuceando.
-No puedo entenderte señorita Dana.
-¡Estaba celosa! -Grito sin darme cuenta que estamos en la calle.
Todas las personas que estaban cerca se detienen de sus actividades y luego empiezan a aplaudir, a felicitarme y decirme que soy valiente como si hubiese lanzado una declaración. Pero ya no hay vuelta atrás y no sé que hacer. Yo me estoy poniendo roja.
Evans se da cuenta y me abraza, después me susurra un "Prepárate" y salimos corriendo sin dirección. A ese paso llegamos al mirador de la ciudad con el corazón en las manos.
-Oye... no hicimos... nada malo... -Digo con voz entrecortada.
Evans respira por un momento, me mira, se ríe y su siguiente gesto es llevarse una mano al rostro. Pienso que es porque se seca el sudor, pero me doy cuenta de que solo está ocultando su cara avergonzada.
-No me digas que a estas alturas te sonrojas.
-También tengo sentimientos sabes y no quiero que me mires estando así.
-No me pidas eso, porque la verdad es que me gusta ese lado tuyo.
Se crea un ambiente lindo entre los dos, ambos por primera vez estamos siendo sinceros, sin groserías de mi parte y sin burla alguna de él. Nuestras manos están entrelazadas y nuestros cuerpos están tan cerca. Creo que sus ojos se detienen a mirar mis labios y yo sin pensar hago lo mismo. Mi mano recorre su hermoso cabello y lo invito a que se aproxime a mí. Estoy volviéndome adicta a Evans y creo que él ya lo sabe porque aprovecha esa oportunidad para acercar sus labios a los míos. Estamos tan cerca de cumplir nuestro objetivo cuándo alguien nos interrumpe.
-Disculpen la interrupción, pero ¿Me pueden ayudar con una dirección? -Pide un señor de unos 40 años aproximadamente.
-Sí claro, no interrumpe nada es solo que tenía una basura y yo... ¿A dónde quiere ir? -Evans solo tiene una risa en su rostro.
-Sí, es aquí -Me enseña un punto de la ciudad -Este lugar es... queda a... No lo recuerdo... yo...
Me siento mareada y mis ojos se empiezan a cerrar, Evans se da cuenta y corre a mi dirección, pero veo cómo alguien más lo golpea en la cabeza y cae frente a mí. Yo quiero levantarme e ir a ayudarlo, sin embargo, no puedo. Cada vez todo es más oscuro y luego en el último intento por abrir mis ojos solo puedo ver que un carro llega y sostienen mi cuerpo. Solo puedo darme cuenta de que Evans está en el piso desmayado mientras la sangre sale de su cabeza.
Me tienen dentro de un vehículo sin saber a dónde voy ni con quién voy.
Sin ganas y completamente sedada al final me rindo ante el sueño que me provoca.
Estoy en problemas lo sé... ¿Chico loco vendrás por mí?
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Game Over
RomanceDana era una chica solitaria, no tenía amigos ni alguien en quién confiar, ella decide estudiar en otra institución educativa en donde piensa seguir actuando como lo ha venido haciendo. El primer día de clases se supone que debía pasar desapercibid...