Uno es igual a dos
Hace una semana tuve una pesadilla bastante real y luego la misma pesadilla se ha repetido cada noche. Al principio pienso que no es nada más que algo pasajero, pero después me doy cuenta de que no es normal soñar siempre lo mismo. Le pregunto a mi mamá si alguna vez he vivido algo parecido, ella lo piensa por unos minutos y lo siguiente que hace es hablar de la manera más sutil por unas horas.
La mayor parte de mis dudas en ese entonces fueron respondidas; pensé que era parte de un pasado que no volvería, pero hoy eso ha cambiado...
En unos instantes estaba en el hospital con Mike hablando de su familia y de cosas que realmente no sabía. Sin embargo, en este momento me encuentro huyendo de un Evans al que no quiero ver, no porque todo el tiempo diga que lo odio, ni tampoco por el beso repentino, sino más bien porque no tengo cara para mostrarme ante él como si nada.
Tal vez soy yo la culpable del destino que tiene que soportar... tener a su hermano en ese estado es algo que no me perdonaré si descubro que en verdad todo lo he causado yo.
En el taxi hay un silencio inquietante. Alan me observa con cierta duda y creo que él se ha dado cuenta de quien huyo, más no el por qué.
No tarda en hacer ruido con el celular, escucho que teclea algunos mensajes y luego se decide a lanzar el primer comentario.
—¿Por qué has salido casi corriendo del hospital? ¿Sucedió algo malo? —Pregunta.
Niego con la cabeza y sigo sin decir una palabra.
—Entiendo y sé que no debería meterme en asuntos privados, pero como me dijiste hace poco, si escuchar ayuda entonces soy todo oídos —Ahora es el Brócoli el que me anima a que confíe en él.
—Yo... —Mi cabeza da vueltas y me siento demasiado cansada —Yo... creo que soy una mala persona —Sonrio amargamente.
—Si fueras una mala persona no estarías con esa cara ni mucho menos al borde de las lágrimas —Su comentario me hace dar cuenta de que no puedo fingir más.
Empiezo a llorar como niña pequeña, el conductor del taxi me mira por el espejo, pero no me importa. El Brócoli saca de su maleta un pañuelo y me lo entrega. Yo solo pronuncio un angustiante "gracias".
—Cuánto más pienso en mi pasado, más me duele recordar todo lo malo que he querido olvidar hasta el momento —Seco mis pequeñas lágrimas con aquel pañuelo.
—Hay cosas que no se pueden olvidar y debes ser fuerte aunque sea difícil, eso es de humanos —Me aconseja Alan, tratando de darme comodidad.
—¿Los dejo en la entrada del centro comercial? —Pregunta el chófer del taxi.
—Sí, sería buena idea que nos deje en aquel lugar —Responde el Brócoli y luego se dirige a mi —Dana, sé que te dije que te escucharé al igual que tu lo hiciste conmigo, pero soy torpe dando consejos o diciendo lo apropiado, así que de antemano discúlpame. Le escribí a Adriana para que nos encuentre en la heladería del centro comercial.
No voy a decir que no me molesta la idea porque estaría mintiendo, la verdad es que no quería que nadie más se enterara de lo patética que me veo. Adriana es una buena chica y seguramente ella me entendería mejor, pero no sé si está bien cargarle a otros mis problemas de autoestima.
—No debiste llamarla, ella tal vez tenga asuntos más importantes que atender, que escuchar a una recién llegada que no es capaz de vivir una vida normal.
Parker me da un ligero golpe en la cabeza y luego alega —No subestimes a las personas, ten en cuenta que si alguien quiere ayudarte, lo más conveniente es no protestar. En este momento bajaremos del taxi y nos iremos a la heladería sin berrinches.
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Game Over
RomantizmDana era una chica solitaria, no tenía amigos ni alguien en quién confiar, ella decide estudiar en otra institución educativa en donde piensa seguir actuando como lo ha venido haciendo. El primer día de clases se supone que debía pasar desapercibid...