11.-Hechizo de lluvia

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Resumen: Ámbar por fin entiende porque a su madrina le daban tantas jaquecas.

Advertencia: Muchos suspiros y muchos enojos xd. (Agarrate unas palomitas porque esto es súper largo wtf ¿dónde está mi maldito autocontrol? xd)









Ámbar sujeto el puente de su nariz con su dedo pulgar e índice. Trataba de calmar, inútilmente, el dolor de cabeza que sentía desde hace un par de minutos.

Repentinamente recordó a Sharon y a sus infames jaquecas. Ahora entendía lo que su madrina siempre sentía al lidiar con la "incompetencia" ajena.

—A ver, Miguel.—Decía detenidamente con un leve tono de frustración.—Desde el principio, por favor. Y dile a Alfredo que no hable al mismo tiempo que tú, no puedo entenderte nada con todo ese palabrerío.—

Mónica, Alfredo, por favor, déjenme manejarlo. Ámbar debe enterarse, tal vez incluso pueda decirnos algo que nos sea de ayuda. —Escuchó como les hablaba a las otras dos personas con él. Después volvió con ella.—Señorita Ámbar, escuche...después de pensarlo muy bien...es probable que Luna haya...escapado.—

La joven blanqueo un poco los ojos y reprimió las ganas de contestarle sarcásticamente. Él ya le había dicho que Luna había escapado, pero bueno, era culpa de ella por haberle pedido que empezara desde el principio.

—¿No tienen ni una mínima idea de a donde se fue?—

Escucho un suspiro al otro lado de la línea.

No. No la vimos desde esta mañana, pensamos que había ido al roller con sus amigos sin que nos diéramos cuenta. Al mediodía no llego, pero no quisimos preocuparnos porque Luna suele llegar tarde. Pero entonces dieron las 5 de la tarde y no llegaba...—

El dolor de cabeza de Ámbar comenzaba a ser insoportable. Ella encontraba un argumento en contra a cada explicación que daba Miguel, pero prefería guardárselo, el pobre hombre se escuchaba bastante afligido como para que Ámbar le echara en cara su irresponsabilidad.

—...marcamos y marcamos, pero nunca contesto su teléfono, ni siquiera entraba la llamada. La buscamos en su habitación, pero no estaba ahí, la buscamos en cada rincón de la mansión, pero...nada.—La línea permaneció en silencio unos segundos, Ámbar había escuchado la desesperación en la voz ajena.—...faltaba algo de ropa, su pasaporte no estaba...no....no sabemos a dónde fue.—

—¿Sus amigos no saben nada?—

No, ellos tampoco la vieron en todo el día.—Pudo oír otro suspiro.—Honestamente estoy preocupado.—Confeso el hombre con pesar y miedo en la voz.—Mónica no para de dar vueltas por la mansión y Alfredo ha comenzado a tener dolores de cabeza.—

"Bueno, al menos los dolores de cabeza vienen de familia" pensó con cierto humor.

—Miguel, escucha, tranquilízate. De nada te va servir si pierdes la poca paciencia que te queda.—

—...señorita ámbar...es solo que...Luna.

—Luna es el tipo de adolescente rebelde que, cuando dice que se irá de casa, realmente lo único que hace es quedarse en el patio trasero no muy lejos de su hogar.—Explicó la chica con cierta soberbia y fastidio.—Estoy bastante segura que, si de verdad escapo, no se alejó mucho ni se fue a un lugar desconocido.—

Lo mejor de mí || Lumbar ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora