CAPÍTULO 3
Me dirigí camino a mi auto, sin antes comprar algunas golosinas y pedir prestados algunos libros en la biblioteca cercana al centro.
No pensaba dar ese viaje por perdido.
Entré en el auto, deje las cosas en el asiento del copiloto y arranqué.
Estaba a punto de marcharme, cuando miro hacia adelante y a lo lejos, en un pequeño callejón, veo a un chico de claro cabello rubio.
Me acerco un poco con el auto y logré ver al chico de cara en el suelo, vomitando.
No era algo lindo de ver, pero no me repudió, ya había visto a alguien de la misma manera.
Mi madre.
Recuerdo haberla visto así en un matrimonio al que asistimos. Tirada en el suelo, Vomitando. Aunque esa no fue la última vez.
recordaba los horrendos episodios sumida en mis pensamientos cuando en un segundo vuelvo a la realidad.
No se si fue por que me compadecí del chico o simplemente por que no quería que nada le pasara, pero salí del auto y sin pensar, saqué una botella de agua que tenía en el bolso mientras me sentaba junto a el.
El chico vomitaba y vomitaba.
Lo enderecé y lo apoye junto a la pared, le puse mi chamarra y le di agua. Espere a que terminara de vomitar, claro.
Este la tomó y luego de un minuto me la vómito todo encima.
La verdad no me molestó, sólo quería ayudar al pobre chico rubio.
Pero el seguía y seguía vomitando.
Cuando término de vomitar lo que creo fue alcohol, comenzó a vomitar un extraño líquido blanco.
No se nada me medicina, ni de enfermedades, pero sabía que este chico necesitaba ayuda.
Me levanté y con mucho esfuerzo pude llevarlo hasta la parte trasera del auto.
Debía llevarlo al hospital.
Al llegar tras unos 20 minutos conduciendo fui directo a la sección de "Urgencias".
El chico seguía vomitando, y peor aún, comenzó a temblar. No sabía que le sucedía.
Al verme, un grupo de doctores se acercó y se lo llevaron.
Yo me quede esperando en la sala de espera del hospital.
Que le pudo haber pasado?, habrá estado tomando?, pero que hace un chico de 18 años bebiendo alcohol tan temprano.
Mire el reloj, las 10:00. Llamare a mi padre, seguramente está preocupado.
- hola?
- papá, soy yo. llamo para avisarte que llegaré un poco tarde a casa.
- por que, estas bien?- no podía decirle a mi padre lo que estaba pasando. Sufrió mucho con el tema de mi madre, no podía decirle que estaba en el hospital con un extraño probablemente alcohólico. Así que le dije...
- si, estoy bien. Es sólo que Lili me ofreció quedarme en su casa con ella un rato.
- está bien, no llegues muy tarde, Diviértete!Una hora y media después, salió un doctor.
- usted venía con el chico rubio?
- eee, si si. como está el?
- bastante bien, está respondiendo a los medicamentos de una forma extraordinariamente rápida.
Quieres verlo?, está a punto de despertar.
-esta bien.-El doctor me dirigió a la habitación donde el chico estaba
Nos dejó solos.
Me acerque a la cama junto al chico.
No se sí fue por el olor del vómito que difundían mis ropas, pero justo en ese momento abrió los ojos.
Unos gigantes ojos azules, los más brillantes que halla visto, mas brillantes que los de Kurt, incluso más que los míos.
Unos hermosos ojos azules.
Me miró con cara confundido.
Seguramente no recordaba nada de lo que había pasado.
De alguna forma quería que lo recordara, quería que supiera lo que había echo por el.
No me quería quedar por más tiempo, la situación se ponía cada vez más incómoda,
así que le toque el hombro y dije...
- adiós, espero que te recuperes.- El no dejaba de mirarme con esa cara de extrañeza.Le dirigí una sonrisa y me fui.
Aunque seguía pensando en el, en sus brillantes ojos.Llegue a mi casa, supuse que mi padre dormía, eran casi las 1 de la madrugada y el acostumbra a acostarse temprano.
Lavé mi auto, el cuál estaba cubierto de vómito, puse a lavar mi ropa y subí a mi habitación.
Me metí en la cama, y me dormí.
Esa noche soñé con el.
Con ese misterioso chico rubio de grandes ojos azules.
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Como un sueño
RomanceHabía estado junto a el toda la noche? Me di la vuelta para mirarlo frente a frente. Apoye mi cabeza en su fornido pecho. Algo comenzó a arder en mi interior, algo que nunca había sentido. No quería moverme ni apartarme de el. Levanté la vista y lo...