PRIMERA CRISIS DE SALUD

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A la mañana siguiente, Mita se levanta muy temprano para ver a su madre antes de ir a la ducha, ve que duerme profundamente. Se acerca y le acaricia el pelo.

Ya en el colegio, cuando entra a clases, advierte que Cata no está. Se preocupó, al tiempo de preguntarse qué le habría pasado junto con alegrarse, porque no la tendría preguntándole o hablándole de Paul.

La clase de Física pasó sin novedad. Tocaron para salir a recreo y su sorpresa fue a qué frente de la puerta de la sala, apoyado en la baranda, estaba Paul como esperando a alguien.

Cuando Mita cruza su mirada con él, levanta las cejas como un gesto de saludo, y sigue su camino en dirección al patio. De pronto, para su sorpresa, escucha que la voz ronca y profunda de él la llama, lo que la hace detener su marcha dándose vuelta con expresión de "¿me llamas a mí?".

Mita en estado de perplejidad y empezando a sentir sobre su persona todos los ojos femeninos del colegio, lo saluda de igual forma.

-Matilda, quería agradecerte por el dato de la tienda de antigüedades. –

-¡Ah¡, no...fue nada. No tenías que molestarte por eso. – Responde Mita mientras mira los ojos turquesa del muchacho.

-No, en serio, sería poco educado no agradecerte, además era la única tienda que tenía lo que buscaba. En serio, muchas gracias. – .

-¡Matilda, espera.!-

-Sí, ¿dime?-

-Estuve revisando la partitura el fin de semana y quería saber si necesitas ayuda.

Matilda realmente no podía creer lo que estaba pasando, era imposible que él estuviera buscando algún pretexto para "¿devolverle un favor o acaso era para otra cosa?". No, era imposible. Debía de ser muy caballero, criado a la antigua. Pensaba Mita al tiempo que lo miraba muy detenidamente.

-La verdad es que no las he mirado, por el momento. Cualquier cosa te aviso.-

En ese instante un pensamiento asesino le cruzó su cabeza ... "¿Qué estaba haciendo, coqueteando con el mino de su amiga"?.

-Paul, no te preocupes, lo más seguro es que sea más de lo mismo, acorde simples y con cejillos, gracias de todos modos. –Responde Mita con cara seria y una disposición decidida a seguir su camino.

- Recuerda, mi ayuda está vigente. –

-Gracias. – Dice Mita alejándose por el pasillo.

Mientras camina, siente que es el comidillo de todas las mujeres que estaban en ese pasillo. Efectivamente de ésta no se libraba, más de alguien le contaría a Cata mañana y seguramente lo tomaría mal, pensaría que le gustaba. No quería pensar en eso, le bastaba con los problemas que tenía en su casa, para sumar problemas de pantalones, pensaba mientras caminaba sin ninguna dirección.

Pasaron las horas y Mita trataba de poner atención a la clase, pero la verdad no podía, tenía en su vista los ojos de Paul. En sus oídos el ronco sonido de su voz y en su nariz su perfume. Algo estaba mal y lo sabía, no podía ser que pensara tanto en él. Era el bombón de su mejor amiga, no podía fijarse en él. Tenía que verlo como un marciano o hermano pero no como hombre y, menos, empezarle a gustar.

En eso estaba cuando el profesor Torres, le hace una pregunta a la que no responde.

Señorita Del Ponte, repito la pregunta. ¿Cuál eran los pueblos que habitaban en esta zona cuando llegaron los españoles?

-Aaah¡¡¡ eeehh.... No sé ... profe.- Responde Mita mientras trataba de enfocar la vista en los anteojos poto de botella del profesor.

-Ponga atención, por favor, esta es pregunta de PSU.-

UsurpadoresWhere stories live. Discover now