Usurpadores

SOLAS

A la mañana siguiente, Mita duerme hasta muy tarde. Se despierta con la voz de su padre que hablaba muy fuerte en el pasillo. Se levanta de la cama extrañada por la presencia de él. Escucha que Leonor corre de un lado para otro algo nerviosa y Pamela que preguntaba "si ella iba estar bien". Cuando termina de escuchar la frase de Pamela, Mita sale rápidamente de la pieza, ve a su padre saliendo de la casa con su madre en los brazos y a Leonor, por otro lado, cargando a Emilia también hacia el auto de Tomás.

-Pame, Pame. ¿Qué es lo que está pasando?. - Pregunta Mita, quien se encontraba en el pasillo mirando hacia la puerta de calle, la cual había quedado abierta.

-Mita, menos mal que despertaste. -Dice Pame con los ojos llenos de lágrimas.

-¡Pame! ¿qué le pasó a mamá?, dime- Dice Mita subiendo el tono de voz y tomándole el brazo a Pamela.

-Mita, ella está deformada. -

-¿Qué? -

-Vamos a la cocina, te voy a servir desayuno para que te levantes y vayamos al hospital.-

Mita sentada, con una impaciencia se predispone a escuchar con mucha atención lo que había presenciado Pamela.

-Matilda, cuando fui llevarle el desayuno a tu mamá, iba a abrir las cortinas, como lo hago todas la mañanas, pero esta vez ella me dijo que no, porque le dolían muchos los ojos. Entonces me acerque y dejé la bandeja a su lado, cuando me percato que tenía el rostro y cuello hinchados, y la cara desfigurada por completo. Me asuste y le dije que se sentara con mucho cuidado, prendí la luz de velador y efectivamente el rostro de tu madre estaba tan hinchado que parecía que iba a explotar, lo tenía rojo y brillante, no podía abrir los ojos, los labios parecían como una flor abierta, la nariz y el cuello, estaba deforme.

Ahí fue, cuando le pregunté si le dolía algo, y ella me dijo que la cara y el cuello. Me preguntó por qué la miraba con cara de espanto. Le pasé su espejo de mano, se miró, luego me miró y me dijo que llamara a Tomás para que la llevara al hospital. También me pidió que fuera a buscar a Leonor.

Tu tía entra relatando la horrible noche que pasó con Emilia, quien había tenido 40° de temperatura, dificultades respiratorias y una tos tísica. Al terminar de relatar enajenada lo de su hija, yo la miré y le hice el gesto disimulado con la vista, para que viera el rostro de tu mamá. En eso, tu tía se tapa la boca, me imagino que por asombro. Le dije que iba a llamar a don Tomás para que la llevara al hospital. Entonces fue cuando tu tía dijo que sería mejor que fueran todos en la camioneta de tu papá, porque ella no tenía nervios ni energías para manejar el jeep.

Y eso fue lo que pasó, hasta que despertaste. –

Mita asombrada, sin poder creer lo que escuchaba, se tragó de un sorbo la leche y se fue a la ducha.

Cerca de las doce de la mañana salieron en dirección al hospital. Una vez en urgencias preguntaron por Elisa. El recepcionista le dijo que ya había ingresado pero, que la habían subido inmediatamente a la UCI. Después de escuchar aquella preocupante información, Mita preguntó por su prima, el hombre le señaló que eso lo viera en admisión pediátrica. Se encamina muy preocupada al módulo correspondiente y pregunta a la recepcionista si había ingresado Emilia Ahumada. La mujer, que tenía un aspecto muy deteriorado, le comenta que estaba en el Box 7. Mita le dice a Pamela que entren, pero ella le responde que prefería subir a la UCI.

Mita entra y se dirige al Box 7. Ahí estaba Leonor parada al lado de Emilia, quien dormía. A la niña le habían puesto suero y oxígeno.

-Leo, ¿qué pasó? -Pregunta Mita mientras se acerca a Leonor quien tenía los ojos llenos de lágrimas.