Cuando Mita despertó, vio que ahí estaba su padre durmiendo al lado de ella. En ese momento recordó cuando era pequeña y se pasaba a la cama de sus padres, los cuales la acostaban en el medio y al día siguiente despertaban cada uno colgando de un lado de la cama y ella durmiendo atravesada.
Se levanta despacio, pero su padre se despierta sobresaltado.
-¿Qué hora es?, ¿me quedé dormido? –
-No papá, es temprano aún, pero si quieres métete tu primero a la ducha, yo me quedo flojeando un rato. –
-Gracias, hija. –
Mientras Tomás se servía su taza de café, Mita se apura para irse con él.
Camino al colegio, Mita mira el pavimento por la ventana de la camioneta, mientras su padre le pregunta qué era lo que le sucedía, que iba tan callada. Mita contesta que está preocupada por su mamá y siente una especie de angustia en el pecho, la cual no puede explicar. Para tranquilizarla, su padre, le dice que apenas sepa algo de Elisa la llamará. Pero, que con seguridad hoy saldría del hospital.
En la puerta del colegio, Mita le dice que esperará su llamado, ya que ella no tiene plata en el celular, para llamarlo en caso que lo olvidara.
Cruza el patio con una expresión de tristeza en su rostro. Sin que se dé cuenta, Paul la mira desde el segundo piso con insistencia, hasta que se pierde en la escalera.
En clases, por más que trataba de concentrarse no le era posible, sentía que un nudo se anida en su cuello y una necesidad de estallar en llanto quería aflorar de su ojos, los cuales se llenaron de lágrimas haciéndola salir de la sala.
Cuando pasa por el paralelo, justo salían de la sala, Paul y Daniela. Él la queda mirando e instintivamente corre detrás de ella, sin saber por qué, hasta que la puerta del baño de mujeres se cierra en su nariz.
-Paul, ¿qué paso? – Pregunta Daniela al llegar al lado de él.
-Nada... eh, me preocupé por ella, se notaba que podía necesitar ayuda.-
-Que atento eres, te pareces a esos caballeros que aparecen en los libros de historia, del 1900. –Dice Daniela con actitud irónica que dejaba entre ver un inconfundible carácter celoso.
-Mmm, ya, vamos madame a inspectoría. – Exclama irónicamente, haciendo un gesto de reverencia.
Daniela, lo mira dejando asomar su enamoramiento y retoma el camino del brazo de él, olvidando sus celos. Paul, camina con una actitud dudosa y dando vuelta de vez en cuando hacia la puerta del baño de mujeres.
Dentro del baño, Mita lloraba como si tuviera la angustia la consumiera por dentro. Suspiros y jadeos salían de su garganta, ella no entendía qué era lo que le estaba pasando, pero a medida que lloraba, la pena y la angustia desaparecían y ese nudo en su garganta se soltaba. Justo cuando logra calmarse, escucha la campana para salir a recreo. Se lava la cara y se dispone a ir a la sala de profesores a darle una explicación, de su actitud, a la señorita Soler.
Al salir del baño, se encuentra con una compañera de curso, quien le pregunta si se siente bien. Mita le responde con un suave sí.
Trató de seguir su paso, cuando se topa en la escalera con Daniela, quien para su sorpresa, le pregunta ¿qué era lo que le había pasado?. Mita con expresión de duda, le pregunta ¿cómo sabía ella, que le había pasado algo?. Daniela, de forma sínica, le responde que su llanto era el comentario del pasillo.
Daniela se percató que Mita desconocía la actitud que había tenido Paul para con ella, por lo que decidió no decir nada. No quería, que Mita notara algún tipo de interés por parte de Paul hacia ella.
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Usurpadores
خارق للطبيعةCasa nueva, vida nueva, eso dicen, pero para Mita no fue así. Su nuevo hogar esconde un siniestro y antiguo secreto que se revela a través de una extraña enfermedad, eventos paranormales y donde las respuestas están en el lugar menos pensado ¿Hasta...