Mita sale del ascensor en dirección a la pieza 505. Al otro lado de la puerta escucha la voz de Leonor riéndose. Entra muy despacio, pues suponía que su mamá estaría durmiendo.
-¡Mami!, qué sorpresa verte despierta.-
-Sí, y mucho mejor, ya no me parezco a Jabba -Dice Leonor dejando asomar una forzada sonrisa.
-Para nada. Estas normal. Yo no te vi, Pame me contó y la verdad, no me costó mucho imaginarte.- Dice Mita al tiempo que se acerca a ella para darle un beso –Y ¿vino el doctor?–
-No. Pasará en la noche. Pero, no hay resultados aún. Los exámenes van a estar el miércoles, el día que ojalá le den el alta a tu mamá.- Dice Leonor mientras mira el reloj.
-Mejor dicho, el día que me van a dar de alta.- Le corrige Elisa.
-La decisión la tiene que tomar el doctor, no tú. Ya, las dejos, tengo que subir a ver a mi hija que está con la enfermera. Mita, a eso de las siete te paso a ver para ir a buscar juntas unas cosas a la casa. Me imagino que vas a quedarte donde Cata, ¿verdad?.- Le comenta Leonor mientras abre la puerta de la pieza para salir.
-De todas maneras.-
La tarde transcurrió sin novedad, salvo por el frío viento que azotaba a los árboles que daban directo en la venta de la pieza. Elisa de repente dormitaba y Mita leía las revistas que Leonor le había comprado. No conversaron mucho, dado que Elisa tenía que permanecer lo más tranquila posible, además de que los calmantes que tomaba la tenía completamente dopada. Pero eso a Matilda no le preocupaba, el hecho que su mamá había salido de la UCI, significaba que estaba fuera de cualquier peligro aparente y, el estar junto a ella le bastaba para estar tranquila.
Cerca de las 19:00, llega a la pieza Leonor para buscar a Mita. Ella se despide de su mamá, quien apenas capta que Mita se va, ya que estaba completamente dormida.
En el camino, Leonor le relata a Mita el plan que tenía para entrar y salir lo más rápido posible de la casa.
Al llegar a la casa, Mita mira el ventanal del escritorio, y recuerda la sombra que estaba la otra noche parada ahí con esos ojos rojos. Se arma de valor junto a Leonor, quien por un momento desistió de entrar pero, al ver el rostro de Mita, quien la miró con una expresión de sospecha, la obligó a cambiar de parecer.
Las dos mujeres se armaron de valor, se bajaron del auto y caminaron con paso seguro hacia la puerta.
Mita mete la llave, abre la puerta hasta atrás y, en eso siente que el mal olor del escritorio ya se encontraba en la sala, mira a su tía quien le comenta que esto se debía a la falta de ventilación. Entran juntas, cierran la puerta y Leonor corre a prender las luce del pasillo y del living, mientras Mita cierra la puerta del escritorio y la asegura con una silla por si acaso.
Leonor, ya más tranquila se dirige a la pieza a sacar las cosas que necesitaba. Mita, por su parte, guardar en un bolso su uniforme y los cuadernos para las clases de mañana. Al terminar de guardar las cosas, salen rápidamente. Leonor le pone llave por fuera a la puerta y se suben al auto.
-Tía tengo la sensación que esa cosa nunca se va ir de la casa.-
-¡No pienses eso, Mita!. Hay que ser positiva. Esa cosa se va ir. Mañana con la médium se va a solucionar todo. Recuerda que el miércoles, si Dios quiere, tu mamá llega y tiene que estar todo en calma, o si no. -
-¿o si no qué...?-
-No sé qué va a pasar. -Dice Leonor al tiempo que suelta un suspiro.
Ya enfrente de la casa de Cata, las dos se ponen de acuerdo para mañana. Una vez coordinado todo, Mita se despide con fuerte abrazo y un cálido beso. Su tía hace partir el auto, al momento que ve a May abriéndole la puerta a Mita para hacerla pasar.
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Usurpadores
ParanormalCasa nueva, vida nueva, eso dicen, pero para Mita no fue así. Su nuevo hogar esconde un siniestro y antiguo secreto que se revela a través de una extraña enfermedad, eventos paranormales y donde las respuestas están en el lugar menos pensado ¿Hasta...