Pasó la semana y la casa estuvo en completa normalidad, nada raro había pasado desde la bendición del sacerdote.
El miércoles de esa semana, Elisa había sido dada de alta. El médico le dejó indicadas dos semanas de licencia, después tendría que asistir a su consulta para tener el diagnóstico definitivo y su tratamiento.
Desde que llegó a casa, Elisa se dedicó a dormir. Tomaba seis pastillas diarias, entre corticoides y calmantes.
Dado que las cosas volvían a la normalidad, tanto Leonor cómo Mita, creían que efectivamente el sacerdote había sacado al espíritu que habitaba en el escritorio. No así Pamela, quien sospecha que la tranquilidad del hogar, era solamente una tregua.
En lo particular para Mita, la semana fue muy solitaria y evasiva. Solitaria porque su amiga Catalina, evidentemente había roto todo tipo de relación con ella. Y se había encargado, por despecho, de divulgar lo que Daniela le había contado acerca de Mita y Paul. Algunas compañeras creyeron y otras no, ya que no eran tan ingenuas como Catalina, para creer lo que Daniela había inventado acerca de una supuesta traición de Mita. Sabían que Daniela estaba despechada porque Paul no se había fijado en ella.
Por otro lado, Mita y Paul se evitaban por completo, pero era evidente que a él le costaba más.
Él se dio cuenta que en la semana Mita estuvo prácticamente sola, nadie conversaba con ella. Eso lo hacía sentirse culpable y ansiar estar a su lado, abrazarla y contenerla, como también decirle a Catalina, cómo habían sido realmente las cosas. Aunque ni el mismo sabía cómo se había enamorado de Mita.
El hecho de verla deambular sola por los pasillos le afectaba. Pero, todo eso cambiaba cuando de repente sus miradas se cruzaban y él veía en sus oscuros ojos, algo que lo confortaba. Junto con saber que el viernes estaría frente a ella, solos sin tener que esconderse y podría decirle lo que aún no conseguía explicarse.
En el pasillo del colegio y con la mirada perdida en el arco de la cancha de fútbol, Mita espera el timbre para entrar a clases. En eso se acerca Catalina quien se pone al lado de ella. Mita la mira de lado y vuelve la mirada al arco.
-Matilda.. –
-Dime... -
-Tengo una invitación que hacerte... -Dice pasándole un papel que contenía una dirección.
-¿A mí?... –
-Sí-
-¿Y para qué sería?.. -
-O sea, la invitación no es mía, si no de Ian-
-¿Ah?-
-Sí, de Ian, hoy llegaron unos amigos de Alemania, de vacaciones y para mañana organizaron una fiesta, en el hotel donde se están alojando. Él me pidió que te invitara, obviamente de su parte.-
-Dile que gracias, voy a ver si puede ir, no depende de mí..-Dice Mita mientras recuerda que mañana tenía su cita secreta con Paul.
-Ok .. –Dice Cata, quien continuó al lado de ella.
Mita presentía que algo más quería decirle, pero que no se atrevía.
-Mita... -
-Dime -
-Siento no haberte creído. -
Mita se gira con una expresión de asombro.
-¿Creerme qué?-
-Que las cosas no fueron como dijo Daniela -
-Yaa, y ¿cómo fueron entonces?.-
-Cómo tú me dijiste. Perdona por no creerte.-Dice Cata con la mirada baja.
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Usurpadores
ParanormalCasa nueva, vida nueva, eso dicen, pero para Mita no fue así. Su nuevo hogar esconde un siniestro y antiguo secreto que se revela a través de una extraña enfermedad, eventos paranormales y donde las respuestas están en el lugar menos pensado ¿Hasta...