Después de la visita de la médium, la casa estuvo en completa tranquilidad. El mal olor del living se había ido y el hedor del escritorio disminuyó.
Pamela y Leonor reconocían que, independiente que la médium hubiera estado dos horas, algo había calmado a las entidades. En tanto Mita, no le daba crédito a la anciana, ya que la creía una charlatana. Sin embargo, las tres mujeres estaban en absoluto desconocimiento de lo que la médium hizo en la casa, esa hora que estuvo sola dentro. Lo único que tranquilizaba a Leonor, de todo lo que pasó con la anciana, fue que la casa estaba tranquilla para la llegada de su hermana. Pero sí, tenía dentro de su corazón de madre aprensiva, la preocupación acerca "de que el demonio estaba consumiendo la energía de Emilia". Explicación que podría ser la causa de la extraña enfermada que su hija había tenido. Leonor tenía el miedo que efectivamente fuera cierto y su hija pudiera terminar como su hermana y tener el mismo final vaticinado por la médium para Elisa, la muerte.
El martes pasó, Mita y Paul se vieron a escondidas a la salida de clases en la calle que habían quedado.
En casa, Emilia, repuntaba en su salud. Mita se dedicó a estudiar para las pruebas globales que se acercaban. Leonor fue a ver su hermana, aprovechó el viaje para confirmar el día y la hora de su alta y pedir hora para el broncopulmonar de Emilia.
Llegó el ansiado miércoles. El día del alta de Elisa. Uno de los más esperados por Mita de la semana, junto con le viernes que era el cumpleaños de Paul. Ella no pudo ir a buscar a su mamá, ya que el alta se la daban a las 12.00 y a esa hora estaba dando una prueba de matemática. Coincidía que el mismo día Emilia tenía control por lo que Leonor mataría dos pájaros de un tiro, buscaría a Elisa y controlaría a su hija con el médico.
Leonor se levantó muy temprano. Vistió a Emilia muy abrigada ya que llovía torrencialmente. Le encargó a Pamela que hiciera menestrone de almuerzo y para la tarde unas sopaipillas. Salió a eso de las diez de la casa rumbo al hospital.
Después de la consulta con el broncopulmonar, en la cual confirmó el diagnóstico inicial, un virus respiratorio en retirada, Leonor se dirigió a la pieza donde estaba Elisa, quien la esperaba con las maletas hechas.
En el ascensor recordó que antes de marcharse, debían pasar por la consulta de Carlos. Miró a Emilia y suspiró, añorando que ella se portara bien, ya que la cita con el médico sería crucial. Sabrían por fin lo que tiene su hermana.
Al llegar a la pieza, golpea y entra, ve a Elisa con la maleta lista sobre la cama. En su rostro y cuerpo, estaba instalada la actitud de salir lo antes posible de aquella habitación.
-Hola hermana, me alegro que estés lista. En el ascensor, recordé que antes de irnos, tenemos que pasar a la consulta de Carlos, ¿te acuerdas?.- Le dice Leonor tomando la maleta de Elisa.
-Sí, me acuerdo. No te puedes imaginar lo ansiosa que estoy, quiero que de una vez por todas me diga qué está pasado y empezar el ansiado tratamiento. –Dice Elisa al tiempo que entra al baño para pintarse la boca.
En ese instante, Leonor recuerda la breve conversación que tuvo con el médico, cuando Elisa estaba en el psiquiátrico, en donde Carlos le comentó que no había remedios que sanaran la enfermedad, que ella siempre la iba a padecer. Solamente había tratamiento para palear los síntomas y las molestias, pero que la enfermedad en sí no se iría. Era su propio cuerpo el que estaba causándole daño. Al momento que terminar ese flash back, Elisa sale del baño.
-Leonor, pareciera que te doliera algo, ¿Por qué tienes esa cara?.- Pregunta Elisa a ver la preocupación de Leonor, quien se encontraba con la mirada pegada en los pies de la cama.
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Usurpadores
ParanormalCasa nueva, vida nueva, eso dicen, pero para Mita no fue así. Su nuevo hogar esconde un siniestro y antiguo secreto que se revela a través de una extraña enfermedad, eventos paranormales y donde las respuestas están en el lugar menos pensado ¿Hasta...