15 | La vida no es un cuento de hadas

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A l a s k a:

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Abro los ojos lentamente intentando adaptarme a la luz solar que entraba por las cortinas blancas. Y al ver la pared de ladrillo me levanto rápidamente intentando reconocer el sitio en el que se encontraba. Cuando unos pasos tras ella resuena, voltea rápidamente y ve a Theo entrar a la habitación.

—Tranquila no paso nada—se adelanta y se deja caer en la cama—¿Porque no vuelves a dormir? Son las cinco, tenemos dos horas más&dice con los ojos cerrados

—¿Es tu departamento?—asiente y me siento a su lado—Entonces no fue un sueño—susurro por lo bajo, pero al sentir su mano sobre la mía me doy cuenta que alcanzo a escuchar.

—Lamento lo que sucedió, ¿Pero te parece si dormimos un rato? Tengo que levantarme en dos horas y solo he dormido cuatro.

 —Perdona—digo y sonríe para volver a cerrar los ojos—Vuelve a dormir.

 —Tambien tu Laska—me jala a modo que coloque mi cabeza en su pecho, sentía mi cuerpo tensarse al estar en brazos de otra persona que no sea Stiles.

 No estaba acostumbrada a estos brazos, el no era Stiles. Escucho como su respiración se hace más tranquila y cierro los ojos imaginando que todo fue un producto de mi imaginación y estoy en los brazos del padre de mi bebé.

Aunque sabía perfectamente bien que no era así.









⚫⚫⚫⚫










 -Señorita Alaska la buscan en recepción.

—En un minuto bajo Gloria—cuelgo y suspiro, no quería trabaja. No te la ganas de hacer nada más que estar acostada en mi habitación. Pero tras la insistencia de Theo aqui estaba, en la empresa con una falda negra ajustada y una camisa blanca.  Acomodó mi blusa y salgo de la oficina en dirección a la recepción, me acerco a Mark y al ser a Stiles con un ramo de rosas mirándome fijamente no podía provocar nada más que mis ojos se pongan vidirosos. Niego y me acerco a paso rápido hacia el.


 —¿Que haces aquí?—pregunto en voz baja llegando hacia el.

—¿Es cierto?—pregunta y se le cristalizan los ojos—¿Seremos papás?—pregunta y lo callo para sacarlo de la empresa.

 —No es lugar para hablar de eso—lo alejo y me entrega las rosas, resbala una lágrima pero solo se las devuelvo—No quiero nada ruyo, Stiles, juraste que no me traicionarias como Jackson, ¿Y adivina qué?, ¡Hiciste lo mismo! Te acostaste con Lydia habiendote dicho todo.

—Liska—susurra acercandose a mi.

—No me toques, Stiles.

—Tienes razón, lo arruiné y sé que

—Alaska—volteo—Lamento interrumpir, pero Joe te necesita urgente en la sala de juntas.

—Si—volteo a verle—No quiero verte Stiles.

—¿Y el bebé? Necesita de su padre, Alaska yo

—Eso lo hubieras pensado antes de acostarte con Lydia—me doy media vuelta y entro junto a Liz.

—Lamento lo que diré pero, no puede evitar escuchar tu conversación—la miro y entrelaza sus manos—¿Estas embarazada?—pregunta y cierro los ojos.

—Liz—tomo sus manos—Necesito que esto quede entre nosotras, nadie puedes saberlo ¿De acuerdo?—Asiente—No aún.

—Cuenta conmigo—la abrazo y me dirijo a la sala. Entro y las miradas de posan en mi.

—Señorita King nunca he hecho esto, pero no quiero más visitas en horas de trabajo.

—No se preocupe, no regresará—frunce el ceño y le sonrío débilmente.

—Bien, el motivo de esta reunión es avisar que la sucursal de Seattle ya está lista, la inauguración será este sábado y los que están aquí están invitados. Únicamente están los mejores del bufete y que me gustaría que trabajen en esa sucursal.Y Alaska—lo volteo a ver—Hable con el director de tu universidad—paso saliva nerviosa—Me avisaron que serás graduada para el próximo año, que debido a tu desempeñó has progresado demasiado. Por lo que en caso de que no te quieras ir, comenzarás a en los casos y juicios, no solo como ayudante, sino como abogada—sonrio y Mike palmea mi hombro. Theo sonríe y se coloca de pie—Esto es todo, pueden retirarse.









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—Muy bien chicos, nos vemos mañana—asienten y una vez sola me acuesto en el suelo de mi salón. Pensando en Stiles, no podía dejar de pensar en lo de ayer.

Sabía todo de mi, sabía que cuando tenía quince años tenía un novio llamado Jackson, duramos dos años. Todo bien hasta que conoció a Lydia.
U

na semana después de conocerla fui a la casa de Jackson como de costumbre, y al entrar a la habitación ambos se besaban intensamente. Lo mismo que sucedió con Stiles, parecía que recordó todo al pie de la letra e hizo lo mismo. Suelto un sollozó mientras lágrimas fluyen por mis mejillas.


 Por otro parte estaba mi bebé, tenía que pensar que hacer sobre ese tema, como llevar a cabo el embarazo. Creí que al enterarse Stiles y yo viviríamos juntos. Cómo la clásica ilusión de niña.

Pero todo salió al revés, y en parte es cierto. La vida no es un cuento de hadas.


Came Back.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora