Tensión, miedo, paranoías extremas y misterios rodean esta entretenida y dinamica historia del Joven Cristian Smith después de verse mudado a una nueva ciudad y haber conocido a Alessa Miller chica acusada de la desaparición de Connor Black ¿Pero qu...
-No –Le contesté y me reí- Digo sí, perdón estoy un poco nervioso –Le dije-
-Imagina como estoy yo –Dijo mirando a la cabaña-
Me levanté y me paré juntó a ella.
-Ya verás que estará ahí –Le dije muy seguro-
-Eso espero –Contestó nerviosa bajando su mirada-
Alessa camino frente a mí, intentamos abrir la puerta principal pero se encontraba totalmente cerrada, ella me miro un poco más nerviosa de lo que estaba al principio, comenzamos a caminar alrededor de la cabaña que era algo grande, así que cada uno nos fuimos por lados contrarios intentando abrir cada una de las ventanas que esta cabaña tenía pero fue en vano todas se encontraban cerradas, Alessa y yo nos encontramos nuevamente en la entrada principal.
-Dime que no nos iremos –Me dijo- hasta que encontremos la forma de entrar.
-No nos iremos –Le dije intentando sonreír- es más tengo una idea.
Alessa se me quedó viendo, yo camine hasta donde había una gran piedra en el suelo, la tome y camine hasta la puerta principal nuevamente, sujete fuertemente la piedra y le di un golpe a la ventana que ese encontraba al lado de la puerta, solo sentí como mi mano retumbo al momento de pegarle al vidrio blindado.
-¡Mierda! –Grite y me comencé a quejar-
-¿Esperabas qué fuera así de sencillo? –Me preguntó riendo-
Ella camino un poco y se dejó caer al suelo acostándose entre la tierra y mirando el cielo que estaba cubierto por muchas hojas verdes.
Tenía mi mano dormida del dolor, podía sentir el hormigueo.
Camine hasta donde Alessa se había acostado y me recosté a su lado.
-¿Tan fácil te rindes? –Le pregunté riendo-
-No –Ella me contesto y negó al mismo tiempo- sé cómo entrar –Dijo volteando a verme-
-¿Cómo?
Ella me miró guardando silencio, podía ver en sus ojos que se sentía preocupada ¿Será por encontrar a Connor?
-No te diré hasta que termines tu alucinación.
-¿Qué? Yo no tengo ninguna –Le dije confundido-
-Llevas acostado en el suelo desde que llegamos aquí –Me dijo y casi instantáneamente su rostro se comenzó a deformar-
Me levanté rápidamente del suelo y me le quedé viendo.
-Cris aún podemos irnos –escuché detrás de mí-
Voltee pero no vi nadie detrás, me giré para volver a ver a Alessa pero ella ya no estaba ahí.
-¡Alessa! –Comencé a gritar-
-Oye –Volví a escuchar detrás-
Voltee y esta vez estaba yo parado frente a mí.
-Aún podemos irnos –Me dijo nuevamente-
-¿A que le tenemos miedo? –Le pregunté enojado-
-A la verdad.
Incline un poco mi cabeza y me le quedé viendo.
-¿Cuál es tu verdad Cris? –Me pregunté-
-No es cual es mi verdad sino nuestra verdad.
-¿Qué es tan malo que no quieres que lo enfrente?
-No estamos listos.
-¿Y cuándo lo estaremos? –Le grite-
-Solo quiero protegerte –Me grito enojado tomándome de los hombros y me tiro de espalda al suelo-
Sentí una pesadez cuando mi otro yo se desvaneció sobre mí. Alessa me miraba fijamente sentada al lado mío.
-¿Cómo estás? –Me preguntó preocupada-
-Bien –Dije sentándome, me le quedé viendo- ¿Cómo entraremos?
-Las ventanas –A penas me iba a explicar y la interrumpir-
-Están blindadas y las puertas cerradas –Le contesté-
-Sí –Dijo ella mirándome extraño- Ven sígueme.
Ambos nos levantamos del suelo y nos paramos juntó a la puerta, ella me miro un poco triste y preocupada nuevamente.
-Dame tus llaves.
-Sabes que no tengo.
-No, sé que tienes el juego anterior aún.
Me reí y saque de mi mochila el llavero y se lo di, ella comenzó a buscar entre las llaves hasta que encontró una llave que no sabía de qué era, la metió en la perilla y la puerta se abrió.
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