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Entré a mi casa, ambos carros de mis padres ya estaban ahí, abrí la puerta e intenté entrar sin que me vieran, ya iba a mitad de escalera cuando escuche a papá detrás de mí.

-Buenas noches.

Lo voltee a ver y le sonreí.

-Buenas noches.

-A cenar -Dijo serio- siéntate.

Baje los pocos escalones que había alcanzado a subir y me senté en la mesa, mamá ya estaba ahí con una sonrisa.

-Te miras ojeroso hijo -Dijo justo cuando me senté-

-Es el cambio.

-¿Cómo te has sentido?

-Bien.

-Mentalmente Cris -Dijo Mamá con seriedad-

-Normal.

-Normal -Bufó papá- normal para ti es que te encuentren en el piso del baño de la escuela porque pensaste que te estabas asfixiando y mirabas cosas.

-Eso no fue lo que paso, solo fue un desmayo.

-Cris, sabes que te amamos -Dijo mamá en su absurdo intento de hacerme entender- y no queremos que vuelvas a sufrir.

-Solo escuchaba voces, ahora no me pasa nada ya no las escucho.

-Ahora las ves -Dijo Papá-

Baje la mirada al plato que tenía frente a mí, escuché como mamá movió su silla y se paró juntó a mí, puso un frasco naranja de pastillas al lado de mi plato.

-No dejes que avancé. Atácalo hijo.

Tome el frasco y subí a mi cuarto, cerré la puerta con seguro y me senté en la cama.

*¿Cómo sabía Emma dónde vivía? No me pidió dirección*

Tome la sudadera que había tomado de su carro y la comencé a revisar, recuerdo verle visto esa sudadera un día anterior, no tenía nada en los bolsillos, tire la sudadera al piso.

-La etiqueta.

La volví a tomar y miré la etiqueta. CB tenía escrito

-Connor.

Tome el teléfono y le tome una fotografía, guarde la sudadera en mi closet y me volví a sentar en la cama solo miraba el frasco naranja que decía: tomar 2 pastillas cada 8 horas.

Me levanté y la puse en el escritorio. Escuche como tocaban la puerta, así que la abrí.

Mamá entró y yo me volví a poner en mi escritorio.

-Quizá no fue la manera correcta de dártelas.

-No hay manera correcta para darme unas pastillas para mi locura. -Dije mientras movia las cosas de mi escritorio en busca del dibujo de Alessa-

-No digas eso, no estás loco.

-Sino lo estuviera no me tendrían que drogar cada cierto tiempo, ¿Limpiaste mí cuarto?

-No, no estuve todo el día.

-Es que aquí deje un dibujo de un pato y no esta.

-No sé hijo, quizá la guardaste en otro lado.

Sentí como una brisa me daba en la nuca y al voltear miré la ventana abierta.

-¿Tú abriste mi ventana?

-No, pensé que tú lo habías echo.

Negué y la cerré.

Mamá se fue y yo me metí a bañar.

Me acosté en la cama y me quedé totalmente dormido-

-Está aquí -Escuche la voz chillona y abrí mis ojos-

El reloj marcaba las 3:40 A.M.

Y la luz entraba por mi ventana que estaba nuevamente abierta, me sentía nervioso y me sentí más ya que al final de mi cama se miraba la figura de alguien parado, solo me miraba fijamente.

-¿Qué quieres?

Esta figura solo negó y puso la cabeza de lado, no miraba sus ojos pero sabía que me veía, levantó su mano izquierda y con su dedo índice lo acercó a lo que quizá era su boca.

-Shh -Dijo en forma de silenció- 1 -Dijo con voz gruesa- 2, 3.

-¡AH! -Escuche el grito de mamá y abrí mis ojos-


¿Qué Le Pasó A Connor?  ¡COMPLETA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora